Efectos positivos del ejercicio sobre la cardiotoxicidad del tratamiento del cáncer de mama

El cáncer de mama (CM) es el carcinoma más diagnosticado en el mundo, con más de 2.26 millones de casos nuevos en 2020. A diferencia de otros tipos de tumores, la mortalidad por CM ha disminuido en los últimos años.

Los avances en el diagnóstico oncológico y el tratamiento del CM son responsables de este aumento en la supervivencia. Sin embargo, la quimioterapia, la terapia endocrina y la radioterapia no están exentas de riesgos, como la cardiotoxicidad (CT). La CT se refiere a los cambios en la función y estructura cardíaca, que pueden manifestarse tanto de forma aguda como a largo plazo, inducidos por estas terapias adyuvantes y/o neoadyuvantes para el CM. A pesar de ello, la CT es uno de los efectos secundarios más frecuentes y potencialmente graves relacionados con la terapia del cáncer que afecta la calidad de vida y la mortalidad en las supervivientes de cáncer de mama.

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Los agentes quimioterapéuticos más comúnmente utilizados son las antraciclinas, cuyos efectos adversos son dependientes de la dosis. Además, el trastuzumab, un anticuerpo monoclonal administrado para los CM positivos al receptor del factor de crecimiento epidérmico humano, se combina a menudo con antraciclinas. El tamoxifeno y los inhibidores de aromatasa son la terapia endocrina de elección, en mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas, respectivamente. Estos son tratamientos hormonales que se aplican durante al menos 5 años. Finalmente, las secuelas producidas por la radioterapia también son dependientes de la dosis, y se ha demostrado que la incidencia acumulativa del síndrome coronario agudo aumenta en un 16.5 % por Gray administrado en un período de 9 años después de la radioterapia. Además, todas estas terapias pueden combinarse, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar CT.

La Sociedad Europea de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón han desarrollado pautas para el tratamiento y cuidado de estas mujeres con el objetivo de minimizar la CT. Ambas reflejan que, en la última década, tanto la prevención como el tratamiento de la CT se abordan con diversas líneas de investigación (especialmente con medicamentos o ejercicio). Además, es importante tener en cuenta que la CT no es el único efecto secundario producido por estos tratamientos. Estas pacientes enfrentan una larga lista de síntomas muy limitantes: fatiga, náuseas, dolor, ansiedad, depresión, linfedema o disminución de la calidad de vida, dificultades para dormir, aumento del riesgo de caídas, osteoporosis, neuropatías o alteraciones en las funciones cognitivas, entre otros. La disminución de la capacidad funcional, cuyo marcador más sensible es el consumo máximo de oxígeno, está fuertemente relacionada con la cardiotoxicidad. Esto es, además, un predictor de la muerte cardiovascular. Como consecuencia, es un indicador clave en la cardioprotección, ya que, teniendo en cuenta la cascada de efectos que ocurren a nivel cardiovascular, esto se ve disminuido.

La Sociedad Americana del Cáncer y el Colegio Americano de Medicina del Deporte han formulado recomendaciones para participar en ejercicio durante y después del tratamiento contra el cáncer. Estas recomendaciones también han sido respaldadas recientemente por la Red Nacional Integral del Cáncer. El ejercicio ha demostrado efectos notables en la reserva cardiovascular, la hipertensión, el colesterol alto, la obesidad y reducciones generales en la mortalidad en individuos sin cáncer. A pesar de estos beneficios generales, el ejercicio no se aborda explícitamente en las pautas clínicas de cardio-oncología.

Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue analizar el efecto cardioprotector del ejercicio en mujeres que están recibiendo y/o han completado sus tratamientos contra el cáncer de mama.

De los 28 artículos identificados, nueve informaron estudios no controlados no aleatorios, 16 ensayos clínicos aleatorizados y tres estudios cuasiexperimentales. Los efectos del ejercicio en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, la deformación longitudinal global y la relación de las ondas E/A no fueron significativos. Sin embargo, su efecto en el VO2máx fue significativo.

Conclusiones: El ejercicio no parece ser efectivo para evitar los efectos cardiotóxicos del tratamiento oncológico para el cáncer de mama. Aunque el ejercicio parece mitigar la sintomatología, reflejada en una mejor capacidad funcional, se necesitan más estudios a largo plazo.

Referencia completa:

Fernández-Casas A, Leirós-Rodríguez R, Hernandez-Lucas P, González-Represas A. Protective effects of exercise on cardiotoxicity induced by breast cancer treatments: A systematic review and meta-analysis. Maturitas. 2024 Feb 1;183:107932. doi: 10.1016/j.maturitas.2024.107932.

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