Efectos del HIIT sobre los niveles de testosterona y cortisol

El HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad) se desarrolla a una intensidad en la que la mayoría de las hormonas aumentan su producción y/o liberación a la sangre, bajo un marcado aumento de la actividad simpático-adrenal. La testosterona y el cortisol pueden usarse como biomarcadores sensibles para monitorear la respuesta anabólica y catabólica al HIIT.

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Dote-Montero y col, 2021; Scand J Med Sci Sports 22-may; doi: 10.1111/sms.13999) cuyo objetivo fue determinar el efecto agudo de una sesión única de HIIT sobre los niveles de testosterona y cortisol en individuos sanos.

Se seleccionaron para el metaanálisis 10 estudios controlados (213 participantes) y 50 grupos pre-post intervención (677 participantes).

Los resultados mostraron un aumento significativo en la testosterona inmediatamente después de una sola sesión de HIIT, que desapareció después de 30 minutos, y volvió a los valores iniciales después de 60 minutos. Se encontraron aumentos significativos de cortisol inmediatamente después, a los 30 minutos y 60 minutos, post-ejercicio. Los niveles de testosterona y cortisol disminuyeron significativamente después de 120 y 180 minutos, y regresaron a los valores iniciales después de 24 h. Los componentes del HIIT y las características de los participantes parecen moderar los tamaños del efecto.

Los autores concluyeron que la testosterona y el cortisol aumentan inmediatamente después de una sola sesión de HIIT, para descender luego por debajo de los niveles iniciales y finalmente volver a los valores de reposo después de 24 h.

El HIIT se sitúa en una zona de intensidad donde la mayoría de las hormonas aumentan su concentración en sangre. El creciente estimulo simpático-adrenal asociado a la alta intensidad es responsable de muchas de estas respuestas endocrinas al HIIT. Debemos conocer entonces la evolución y cuantía de esas respuestas cuando aplicamos HIIT, especialmente en el ámbito clínico, ya que la respuesta hormonal siempre se asocia a efectos fisiológicos de los que se debe valorar su conveniencia. En el contexto deportivo, las respuestas neuro-endocrinas deben ser valoradas para controlar la recuperación después de una sesión de HIIT

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