La sarcobesidad (SO), es una condición que combina sarcopenia (pérdida de masa y fuerza muscular) con obesidad, lo cual es común en personas mayores. La SO representa un problema de salud pública creciente debido a la relación entre envejecimiento, aumento de peso y disminución de masa muscular. Estos factores combinados agravan la inflamación crónica y el estrés oxidativo, lo que lleva a disfunción metabólica y problemas de salud que incluyen resistencia a la insulina, enfermedades cardiovasculares y diabetes. El artículo resalta la necesidad de nuevos paradigmas terapéuticos, debido a los limitados avances científicos en el tratamiento de esta condición multifactorial.
Desafíos en el diagnóstico de la sarcobesidad
La identificación de la SO es un proceso complicado debido a la falta de criterios universales de diagnóstico. Aunque la sarcopenia y la obesidad pueden evaluarse por separado, su combinación presenta desafíos adicionales. La evaluación de SO requiere métodos que midan tanto la masa muscular como la adiposidad. Técnicas como la tomografía computarizada (CT) y la resonancia magnética (MR) ofrecen mediciones precisas, pero su costo es alto y su accesibilidad limitada. Alternativas más comunes incluyen la absorciometría dual de rayos X (DEXA) y el análisis de bioimpedancia (BIA), aunque estos métodos varían en precisión y disponibilidad.
Para diagnosticar la SO, se han propuesto parámetros como la masa muscular esquelética apendicular (ASM) ajustada al índice de masa corporal (IMC), el cual tiene puntos de corte específicos para hombres y mujeres. Sin embargo, estos parámetros pueden no ser suficientes, ya que no consideran factores como la fuerza muscular o la funcionalidad física, esenciales en la sarcopenia. Esto crea una falta de consenso en los métodos de diagnóstico y destaca la necesidad de estudios adicionales que promuevan un marco de diagnóstico unificado y preciso.
Suplementación con taurina como estrategia terapéutica en sarcobesidad
La taurina es un nutriente con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que podría ser beneficioso para las personas con SO. Este aminoácido, presente en alimentos como carne, pescado y productos lácteos, tiene funciones importantes en el mantenimiento de la homeostasis celular y la regulación del metabolismo energético. Estudios recientes han mostrado que los niveles de taurina disminuyen con la edad, y su deficiencia se ha relacionado con enfermedades asociadas al envejecimiento y la obesidad. En modelos animales, la suplementación con taurina ha demostrado mejorar la esperanza de vida y reducir marcadores de inflamación, lo que sugiere su potencial para mitigar algunos efectos de la SO.
En el contexto de la SO, la taurina podría ayudar a reducir el proceso inflamatorio en el tejido adiposo blanco (WAT), el cual tiende a presentar alteraciones estructurales y funcionales en personas mayores. La inflamación crónica en el WAT contribuye a la resistencia a la insulina y promueve la degradación de masa muscular. Estudios han mostrado que la taurina puede activar receptores como el PPARγ, involucrados en la diferenciación de macrófagos hacia un perfil antiinflamatorio, lo que reduce la inflamación. Además, se ha observado que la taurina mejora la tolerancia a la glucosa y reduce los niveles de triglicéridos y colesterol, lo cual podría ser beneficioso en el manejo de la obesidad en adultos mayores.
La taurina también desempeña un rol importante en el músculo esquelético. En personas con SO, la pérdida de masa y función muscular está relacionada con la producción excesiva de especies reactivas de oxígeno (ROS) y una disminución en la capacidad antioxidante. La taurina puede actuar como un agente antioxidante, neutralizando los radicales libres y aumentando la actividad de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD) y la catalasa (CAT). Estos efectos protegen al músculo de daños oxidativos y ayudan a preservar su funcionalidad, lo que podría mejorar la capacidad física y reducir la debilidad en personas mayores con SO.
Además, la taurina es crucial para el funcionamiento mitocondrial, ya que regula la biogénesis y la dinámica mitocondrial, lo cual es esencial para la producción de energía. Las mitocondrias son vitales para el músculo y el tejido adiposo, y el envejecimiento suele llevar a una disfunción mitocondrial. La taurina ayuda a mantener el potencial de membrana mitocondrial y mejora la fosforilación oxidativa, promoviendo así una mayor producción de energía y la preservación de la integridad celular en personas con SO.
Modulación de la microbiota intestinal como enfoque terapéutico
La microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en la salud metabólica y la función inmunológica, y su composición cambia con la edad y en condiciones de obesidad. Estos cambios pueden llevar a una reducción en la diversidad microbiana, promoviendo un aumento de especies proinflamatorias que afectan negativamente al organismo. El artículo sugiere que la modulación de la microbiota intestinal mediante dieta, probióticos y prebióticos podría ser una estrategia efectiva para mejorar la salud en personas con SO.
Una microbiota intestinal saludable produce ácidos grasos de cadena corta (SCFAs), como el butirato, que tienen efectos antiinflamatorios y pueden mejorar la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, en personas mayores con SO, la producción de SCFAs disminuye debido a la menor diversidad microbiana. La suplementación dietética y los probióticos específicos pueden ayudar a restaurar esta producción, lo que podría reducir la inflamación sistémica y mejorar la absorción de nutrientes esenciales para la función muscular. Además, el artículo menciona que una dieta rica en fibra y baja en alimentos procesados puede aumentar la producción de SCFAs y mejorar la comunicación entre el intestino y los tejidos periféricos.
La permeabilidad intestinal aumentada, común en el envejecimiento y la obesidad, permite que endotoxinas bacterianas ingresen al torrente sanguíneo, lo que contribuye a la inflamación crónica. El fortalecimiento de la barrera intestinal mediante la modulación de la microbiota puede reducir esta endotoxemia, lo cual es beneficioso para mitigar el deterioro metabólico característico de la SO. Además, la microbiota influye en el metabolismo de los aminoácidos y en la síntesis proteica muscular, por lo que una microbiota equilibrada puede optimizar estos procesos y ayudar en la conservación de la masa muscular.
Ejercicio físico como estrategia terapéutica en sarcobesidad
El ejercicio físico es una de las intervenciones más efectivas para manejar la SO, ya que ayuda a mejorar la masa muscular, reducir la grasa corporal y mejorar la capacidad cardiovascular. El artículo destaca que tanto el ejercicio de fuerza como el aeróbico son esenciales para las personas con SO. El entrenamiento de fuerza, que incluye ejercicios con cargas moderadas a altas, estimula la síntesis proteica y promueve el aumento de masa muscular. Esto es importante para mejorar la movilidad, reducir el riesgo de caídas y mejorar la calidad de vida en adultos mayores.
Por otro lado, el ejercicio aeróbico contribuye a la salud cardiovascular y reduce la grasa corporal. Ejercicios como caminar, nadar o ciclismo realizados a una intensidad moderada pueden mejorar la función vascular y reducir la inflamación. El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) también se menciona como efectivo para aumentar el gasto energético y mejorar la composición corporal, aunque debe ser adaptado a las capacidades físicas de cada individuo para evitar lesiones.
Además de sus efectos físicos, el ejercicio puede modular la microbiota intestinal, promoviendo un aumento en la diversidad bacteriana y elevando las especies productoras de SCFAs. Esto no solo mejora la salud intestinal, sino que también apoya el eje intestino-músculo, facilitando la absorción de nutrientes que favorecen la función muscular y ayudando a controlar la inflamación.
Conclusión
El artículo concluye que la combinación de suplementación con taurina, la modulación de la microbiota intestinal y el ejercicio físico podría ofrecer un enfoque integral para manejar la SO en personas mayores. Cada uno de estos elementos actúa sobre diferentes aspectos de la fisiología y el metabolismo, lo que permite abordar la SO desde una perspectiva multifactorial. La taurina protege contra el estrés oxidativo y la inflamación, la microbiota intestinal mejora la absorción de nutrientes y reduce la inflamación sistémica, y el ejercicio físico fortalece la musculatura y mejora la composición corporal.
Estos enfoques integrados no solo benefician la salud física de las personas con SO, sino que también promueven un envejecimiento saludable al reducir la progresión de la sarcopenia y la obesidad.
Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2024/11/Sarcobesity.pdf
Referencia completa:
Batitucci G, Abud GF, Ortiz GU, Belisário LF, Travieso SG, de Lima Viliod MC, Venturini ACR, de Freitas EC. Sarcobesity: New paradigms for healthy aging related to taurine supplementation, gut microbiota and exercise. Ageing Res Rev. 2024 Nov;101:102460. doi: 10.1016/j.arr.2024.102460.