Recuperación activa el día posterior a un HIIT

La recuperación después de entrenamientos y/o competiciones de alta intensidad es esencial en el proceso global de la adaptación al ejercicio. Son muchas las propuestas que se realizan para tratar de verificar el protocolo óptimo de recuperación, y entre esas propuestas está la recuperación activa, es decir, la realización de ejercicio de baja intensidad.

Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Wiewelhove y col, 2021; Int J Sports Physiol Perform 19-feb; doi: 10.1123/ijspp.2020-0671) cuyo objetivo fue identificar si la utilización de recuperación activa (ACT) el día posterior a un HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad) beneficia la recuperación. Además los investigadores estudiaron las respuestas individuales y si los efectos de la ACT son repetibles.

Participaron 11 atletas bien entrenados (edad: 25,5 ± 1,8 años) que completaron 4 sesiones de HIIT, cada una separada por un período de descanso de 2 semanas. De las 4 sesiones, 2 fueron seguidas por recuperación pasiva (PAS) y 2 por 60 minutos de bicicleta a intensidad moderada (ACT) 24 horas post-ejercicio en las siguientes secuencias: ACT → PAS → ACT → PAS o PAS → ACT → PAS → ACT. Antes y después de HIIT y después de 24 y 48 horas de recuperación, se evaluaron fuerza isométrica voluntaria máxima (MVIC), altura de salto con contramovimiento (CMJ), marcadores tensiomiográficos de fatiga muscular (TMG), concentración sérica de creatina quinasa (CK), dolor muscular (MS), y el estado de estrés percibido (PS).

Los resultados mostraron un efecto de tiempo significativo (P <.05) relacionado con la fatiga del HIIT sobre los marcadores de fatiga (MVIC ↓; CMJ ↓; TMG ↑; CK ↑; MS ↑; PS ↑). No se detectó un efecto principal significativo (P> .05) de la estrategia de recuperación. En 9 sujetos, los resultados individuales revelaron respuestas inconsistentes y no repetibles a ACT, mientras que en 2 individuos se encontró una respuesta positiva o negativa consistente y repetible a ACT.

Los autores sugieren que la recuperación activa realizada al día siguiente de un HIIT no limitó la entidad de la fatiga en el grupo estudiado, ni tampoco a nivel individual. Sin embargo, es más probable que un pequeño porcentaje de atletas se beneficie repetidamente de ACT o PAS. Por lo tanto, el uso de ACT debe individualizarse.

En mi opinión, la recuperación activa no se debe descartar como una herramienta eficaz en la optimización de la recuperación postejercicio de alta intensidad y/o volumen. Debemos tener en cuenta  el tipo de ejercicio desarrollado, la verdadera intensidad y/o duración del ejercicio, el perfil de los deportistas, y sobre todo las características del ejercicio de recuperación activa aplicado. Las bases fisiológicas apuntan a una mejora de la recuperación cuando se aplica ejercicio, pero debemos tratar de precisar en que entorno esta premisa se cumple.

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