Presión arterial sistólica pico elevada en atletas en esfuerzo máximo: ¿fisiológica o patológica?

La presión arterial depende del gasto cardíaco y la resistencia vascular periférica. Durante una prueba de esfuerzo de carácter máximo (GXT), la presión arterial sistólica (PAS) aumente gradualmente con la intensidad (~10 ±2mmHg /MET), junto con la frecuencia cardiaca, el consumo de oxígeno y el gasto cardíaco. Las guías clínicas aconsejan que se suspenda una prueba de esfuerzo si la PAS supera los 250 mmHg, mientras que la Sociedad Europea de Cardiología ha descrito una respuesta hipertensiva al ejercicio, si la PAS supera los 210 mmHg ó 190 mmHg, para hombres y mujeres, respectivamente. Sin embargo, el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) afirma que los 250 mmHg de PAS ha sido un valor seleccionado arbitrariamente, no habiendo casos documentados de eventos cardiovasculares relacionados con la hipertensión durante una prueba de esfuerzo. Los deportistas de resistencia aeróbica alcanzan una PAS pico en ejercicio máximo mayor que en su estado desentrenado y que las personas sedentarias de la misma edad, pero actualmente se desconoce qué se considera un límite superior seguro.

Recientemente se ha publicado una revisión (Richard y col, 2020; 31-dic; doi: 10.1111/sms.13914) en la que los autores examinan la respuesta de la presión arterial al ejercicio máximo en personas sedentarias y atletas de resistencia aeróbica.

Los resultados de esta revisión indican que falta un consenso sobre lo que es una respuesta normal de PAS al ejercicio en sujetos muy en forma y una causalidad directa que vincule la PAS elevada en prueba de esfuerzo con la patología. En consecuencia, la aplicación de los criterios generales de valoración de la respuesta de la PAS a una prueba de esfuerzo en personas sedentarias ó que realizan actividad física, no parece apropiada cuando se valoran deportistas de resistencia aeróbica entrenados.

En conclusión, la falta de evidencia de una base fisiopatología nos lleva a inferir que la PAS máxima elevada en este subgrupo de deportistas entrenados podría reflejar más probablemente una respuesta adaptativa al entrenamiento, en lugar de una respuesta patológica.

La valoración de la respuesta de la presión arterial al ejercicio en deportistas es muy importante desde un punto de vista de la prevención, ya que con frecuencia muestran respuestas hipertensivas que manifiestan una base fisiopatológica subyacente, que potencialmente puede afectar a la salud del atleta. En muchas ocasiones no es fácil diferenciar la respuesta fisiológica de la respuesta hipertensiva, así, un valor de 250 mm Hg de PAS en un ciclista que está moviendo 580 W se puede considerar fisiológica, pero una PAS de 200 mm Hg en otro ciclista que alcanza los 200 W seguramente sea una respuesta hipertensiva. En lo que no hay dudas es en la respuesta de la presión arterial diastólica: todo aumento significativo es patológico. En resumen, es un tema a debate muy interesante pero desafortunadamente no tenemos unos criterios establecidos que puedan ser aplicados a todas las modalidades deportivas y a todas las edades.

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