Pérdida de sueño y rendimiento

La pérdida de sueño puede influir en el rendimiento físico posterior. Cuantificar el impacto de la pérdida de sueño en el rendimiento físico es fundamental para las personas involucradas en actividades deportivas.

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Craven y col, 2022; Sports Med 16-jun; doi: 10.1007/s40279-022-01706-y) en el que los autores  incluyeron investigaciones que midieron el rendimiento del ejercicio bajo condiciones de “control” (es decir, sueño normal, > 6 h en cualquier período de 24 h) e “intervención” (es decir, pérdida de sueño, ≤ 6 h de sueño en cualquier período de 24 h).

Las tareas de rendimiento se clasificaron en diferentes categorías de ejercicio (potencia anaeróbica, resistencia de velocidad/potencia, HIIT, fuerza, resistencia, fuerza-resistencia y habilidad). Se realizaron metaanálisis de efectos aleatorios multinivel y análisis de metarregresión, incluidos análisis de subgrupos para explorar la influencia del protocolo de pérdida de sueño (p. ]), la hora del día en que se realizó la tarea de ejercicio (a. m. vs. p. m.) y la fuerza de las extremidades (parte superior del cuerpo vs. parte inferior del cuerpo).

Resultados: Los resultados indicaron un impacto negativo de la pérdida de sueño en el cambio porcentual (%Δ) en el rendimiento del ejercicio (n = 959 [89%] hombres; media %Δ = -7,56%, IC del 95%: -11,9 a -3,13, p = 0,001, I2 = 98,1%). Los efectos fueron significativos para todas las categorías de ejercicio. Los análisis de subgrupos indicaron que el patrón de pérdida de sueño (es decir, privación, restricción temprana y tardía) que precede al ejercicio es un factor importante, con efectos negativos consistentes solo observados con protocolos de privación y restricción tardía. Se observó una relación positiva significativa entre el tiempo despierto antes de la tarea de ejercicio y el %Δ en el rendimiento tanto para los protocolos de privación como de restricción tardía (~0,4% de disminución por cada hora despierto antes del ejercicio). Los efectos negativos de la pérdida de sueño en diferentes tareas de ejercicio realizadas en la tarde fueron consistentes, mientras que las tareas realizadas en la mañana no se vieron afectadas en gran medida.

Conclusiones: La pérdida de sueño parece tener un impacto negativo en el rendimiento del ejercicio. Si la pérdida de sueño es anticipada e inevitable, las personas deben evitar situaciones que lleven a experimentar privación o restricción tardía, y priorizar el ejercicio matutino en un esfuerzo por mantener el rendimiento.

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