La potencia aeróbica máxima se define genéricamente como la máxima capacidad de un sujeto de llevar oxígeno desde la atmósfera al interior de las mitocondrias para generar energía por rutas metabólicas oxidativas. La potencia aeróbica máxima se expresa como VO2max, y para su determinación es necesario realizar una prueba de esfuerzo hasta el agotamiento en un laboratorio utilizando analizadores de gases respiratorios. El aumento del VO2max no solo se vincula al rendimiento en el deporte, sino que también se relaciona con el pronóstico de muchas enfermedades sistémicas y con la mortalidad en general. El entrenamiento físico es el procedimiento que ha demostrado mayor efectividad en la mejora del VO2max, mediante adaptaciones clave a nivel central, como el aumento del gasto cardiaco, y a nivel periférico, como la mayor utilización de oxígeno en las células musculares. En ese contexto, la nutrición puede favorecer o desfavorecer las adaptaciones fisiológicas asociadas al entrenamiento, y con ello beneficiar las mejoras de la potencia aeróbica. La suplementación con proteínas se utiliza desde hace años para mejorar las adaptaciones al entrenamiento de fuerza (masa muscular y fuerza), pero no hay mucho conocimiento sobre los posibles efectos de la suplementación con proteínas en las adaptaciones fisiológicas al entrenamiento de resistencia aeróbica. Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Yen-Nung Lin y col, 2020; Clin Nutr 15-dic; doi: 10.1016/j.clnu.2020.12.012) cuyo objetivo fue determinar el impacto de la suplementación con proteínas durante el entrenamiento de resistencia aeróbica sobre la capacidad aeróbica, composición corporal y rendimiento, en personas sanas y pacientes. Diecinueve estudios con 1162 pacientes fueron incluidos en el análisis. Los resultados mostraron que comparados con el grupo control, la suplementación con proteínas se asoció a mayores mejoras en el VO2max, así como en el pico de potencia obtenido en la prueba de esfuerzo (Wmax). Asimismo, se constató una mayor ganancia de masa magra (libre de grasa) y un mejor rendimiento. Secundariamente los análisis mostraron que, además del aumento en el VO2max atribuido al entrenamiento de resistencia aeróbica, la suplementación con proteínas se asoció a un aumento adicional del 26,2% en el VO2max. Los autores señalan que, lógicamente, conforme el nivel de adaptación es mayor, los efectos de la suplementación con proteínas se minimizan, ya que los atletas de más nivel ya han alcanzado el VO2max (efecto techo). Sin embargo, cuando los niveles de adaptación no son plenos, la suplementación con proteínas parece ayudar a la adaptación fisiológica. En el momento actual no se conocen los mecanismos por los que la suplementación de proteínas puede aumentar la potencia aeróbica de sujetos que entrenan resistencia aeróbica. Los autores concluyeron que la suplementación con proteínas puede ayudar a aumentar la capacidad aeróbica, estimular la ganancia de masa muscular y mejorar el rendimiento asociado a programas de entrenamiento de resistencia aeróbica, tanto en sujetos sanos como en pacientes.
En muchas ocasiones he comentado que antes de plantear ningún tipo de suplementación en un deportista, se debe asegurar que sus pautas nutricionales son correctas y ajustada a su deporte, características individuales y objetivos. Los nutricionistas deportivos, los que lo son de verdad, son los profesionales que deben valorar la dieta de los deportistas, con más detalle en función de la categoría del atleta, o bien por expreso deseo del deportista. Una vez analizados macronutrientes, micronutrientes, hidratación, etc., así como plan de entrenamiento y características fisiológicas, es cuando se puede pensar en establecer una programación de suplementación, no antes. Siempre será preferible asegurar la ingesta de proteínas por la dieta, que administrarla mediante suplementos. No obstante, en el deporte de competición y también en clínica en muchas ocasiones se hace necesario suplementar al deportista, y ahí, el rigor anclado en el conocimiento científico debe presidir nuestro proceder.
