Jeukendrup A: https://www.mysportscience.com/post/does-dehydration-reduce-performance
¿La deshidratación leve (~2-3% de pérdida de masa corporal) afecta realmente al rendimiento?
Esta pregunta es una de las más antiguas en la nutrición deportiva, pero el debate científico persiste hoy en día. Gran parte de este debate se centra en las pautas de consumo de líquidos durante el ejercicio, con dos enfoques amplios que han surgido. En primer lugar, el consumo planificado o programado, donde los atletas beben cantidades establecidas de líquido en momentos específicos, y en segundo lugar, el consumo ad libitum o según la sed, donde los atletas beben cuando tienen sed o cuando lo desean.
Numerosos estudios sugieren que la deshidratación afecta diversos aspectos del rendimiento (aeróbico, cognitivo, habilidad, fuerza, potencia), pero los métodos utilizados podrían posiblemente confundir los resultados.
Funnell et al. demostraron que la disminución del rendimiento con la deshidratación a ciegas (~11% de deterioro) no difería de cuando los participantes no estaban a ciegas (~10% de deterioro).
Aunque esta evidencia emergente sugiere que la deshidratación afecta el rendimiento aeróbico, aún existen lagunas importantes en nuestro conocimiento. En primer lugar, los estudios a ciegas solo han examinado el ciclismo de resistencia aeróbica en el calor, que parece ser más sensible a los efectos de la deshidratación que el ciclismo en entornos más frescos y en comparación con correr. Por lo tanto, otras condiciones ambientales, modos de ejercicio y resultados de rendimiento (cognitivos, habilidad, fuerza, potencia, etc.) deberían estudiarse de manera ciega. Además, estos estudios ciegos solo incluyen a hombres, lo que significa que el verdadero efecto de la deshidratación en mujeres es menos claro, y, curiosamente, solo el 30% de los estudios de hidratación han incluido a mujeres. La deshidratación significativa es menos común en mujeres, incluso a nivel élite, y la investigación demuestra una capacidad de tasa de sudoración inferior y concentraciones de sodio en el sudor para las mujeres en comparación con los hombres, posiblemente atribuible a variaciones en la carga de trabajo/masa corporal. En cuanto a los efectos del ciclo menstrual, durante la fase lútea, el umbral osmótico para la sensación de sed y la liberación de vasopresina disminuyen, probablemente debido al aumento de los niveles circulantes de estrógeno, pero la fase del ciclo no influye en la rehidratación ad libitum, en el equilibrio hídrico general ni en la retención de líquidos. A pesar de estos efectos de género, las mujeres presentan respuestas de rendimiento similares a la deshidratación en comparación con los hombres, con informes de deterioro en el rendimiento de resistencia, cognitivo y habilidades, al menos con deshidratación no cegada. Claramente, sin embargo, se necesita más investigación para comprender los efectos específicos en las mujeres.
Las estrategias de hidratación para atletas masculinos y femeninos deben ser personalizadas y diseñadas en función de las pérdidas de sudor individuales, la intensidad del ejercicio y las condiciones ambientales, con el fin de evitar el desarrollo de deshidratación significativa (>2% de la masa corporal) y prevenir el exceso de ingesta de líquidos, ambos aspectos que pueden afectar el rendimiento o la salud de los atletas. Las respuestas al sudor durante el ejercicio (tasa y composición electrolítica) varían considerablemente entre diferentes atletas, así como dentro del mismo atleta en diferentes sesiones de entrenamiento, lo que hace inapropiados los enfoques de talla única para la hidratación. Dependiendo de la tasa de sudor esperada y la duración del ejercicio, esto puede permitir un enfoque de ‘beber según la sed’ o puede requerir un enfoque de ‘beber planificado’. Debe evitarse beber más rápido que la tasa de sudoración (sobre-ingestión) ya que aumenta el riesgo de hiponatremia asociada al ejercicio, y cabe destacar que atletas más pequeños y/o aquellos con tasas de sudoración más lentas pueden estar en mayor riesgo, lo que podría aumentar, en promedio, el riesgo en las mujeres.
En conclusión, la evidencia emergente que utiliza métodos contemporáneos para cegar la deshidratación en atletas muestra que la deshidratación afecta el rendimiento aeróbico en ciclismo en condiciones de calor en hombres. Sin embargo, se necesita trabajo futuro para corroborar (o refutar) los resultados de estudios no cegados en otros entornos, incluyendo una necesidad urgente de investigación en mujeres, donde se observan diferencias de género y efectos del ciclo menstrual en algunos resultados relevantes relacionados con la hidratación.