Influencia de la frecuencia del entrenamiento interválico sobre el rendimiento en atletas de resistencia aeróbica

Determinar la frecuencia idónea de un entrenamiento es complicado al depender de muchos factores, tanto individuales, como del propio perfil del entrenamiento. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Tonnessen y col, 2020; Int J Environ Res Public Health 4-mayo; doi: 10.3390/ijerph17093190) cuyo objetivo fue determinar el impacto de la frecuencia del entrenamiento interválico en atletas de elite. Se hipotetizó que 2 sesiones más prolongadas podrían vincularse a mayores mejoras en el rendimiento y adaptaciones fisiológicas, frente a 4 sesiones más breves a la misma intensidad. Participaron esquiadores de fondo de elite y biatletas que fueron asignados aleatoriamente a un grupo de alta frecuencia de entrenamiento (HF), consistente en 4 sesiones a la semana ó a un grupo de baja frecuencia (LF; 2 sesiones/semana). Todas las sesiones de entrenamiento se realizaron a una intensidad del 85% FCmax, y los grupos fueron igualados por volumen de entrenamiento semanal. Antes y después de la intervención, los atletas completaron 8 km de rollerski, un test de VO2max y un test submáximo incremental. Los resultados mostraron que el grupo LF mejoró el rendimiento, sin cambios significativos en el grupo HF. De manera similar, el %VO2max en el umbral anaeróbico y la economía de ejercicio mejoraron de manera significativa únicamente después de la intervención en el grupo LF. No se observaron cambios en el VO2max en ningún grupo. Los autores concluyeron que 2 sesiones semanales de entrenamiento interválico más prolongadas parecen aportar mejores resultados que 4 sesiones más breves en las mejoras del rendimiento y adaptaciones fisiológicas de deportistas de resistencia aeróbica. A pesar de igualar por volumen de entrenamiento e intensidad, la concentración del estímulo parece inducir a mayores adaptaciones. Es posible que el periodo de recuperación mayor entre sesiones en LF pueda ser un factor decisivo en los resultados obtenidos.

Nuevamente tenemos a la recuperación como un factor clave en el resultado del estímulo-respuesta-adaptación. Mantengo desde hace mucho tiempo que la mayoría de los deportistas aficionados entrenan de más, es decir, que con un menor volumen y/o frecuencia de entrenamiento conseguirían los mismos o seguramente mejores resultados en relación con el rendimiento. En ese contexto, donde suelen “fallar” los programas de entrenamiento ambiciosamente diseñados, es en otorgar a la recuperación un papel principal. ¿Cuántos deportistas aficionados sienten al entrenar a diario que no han recuperado lo suficiente? Pues afirmo que la mayoría.

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