Estilo de vida sedentario y cáncer de mama

La inactividad física y el comportamiento sedentario se asocian con un mayor riesgo de cáncer de mama en estudios observacionales, pero es difícil atribuir la causalidad. La aleatorización mendeliana (MR) evalúa la causalidad mediante la simulación de grupos de ensayo aleatorios utilizando el genotipo.

Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Dixon-Suen y col, 2022; Br J Sports Med 56:1157-1170; doi: 10.1136/bjsports-2021-105132) cuyo objetivo fue evaluar si la actividad física a lo largo de la vida o el tiempo sedentario, evaluado mediante el genotipo, pueden estar causalmente asociados con el riesgo de cáncer de mama en general, antes y después de la menopausia y por grupos de casos definidos por las características del tumor.

Métodos: Se realizó una MR ponderada de varianza inversa de dos muestras utilizando datos de casos y controles del Consorcio de la Asociación de Cáncer de Mama a nivel individual de 130957 mujeres de ascendencia europea (69 838 casos invasivos), y datos publicados del Biobanco del Reino Unido (n = 91105 – 377234). Los instrumentos genéticos fueron polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) asociados en el Biobanco del Reino Unido con actividad física general medida con acelerómetro de muñeca (nsnps=5) o tiempo sedentario (nsnps=6), o medida con acelerómetro (nsnps=1) o autoinformada. (nsnps=5) actividad física vigorosa.

Resultados: una mayor actividad general predicha genéticamente se asoció con un menor riesgo general de cáncer de mama para la mayoría de los grupos de casos. La actividad vigorosa predicha genéticamente se asoció con un menor riesgo de cáncer de mama pre/perimenopáusico, con estimaciones consistentes para la mayoría de los grupos de casos. Un mayor tiempo sedentario predicho genéticamente se asoció con un mayor riesgo de tumores con receptores de hormonas negativos, con estimaciones elevadas para la mayoría de los grupos de casos.

Este estudio proporciona pruebas sólidas de que es probable que una mayor actividad física general, una mayor actividad vigorosa y un menor tiempo sedentario reduzcan el riesgo de cáncer de mama. La adopción más generalizada de estilos de vida activos puede reducir la carga del cáncer más común en las mujeres.

La asociación entre la realización de actividad física a lo largo de la vida y una menor probabilidad de padecer cáncer cada vez está más reforzada. El ejercicio físico por si solo proporciona adaptaciones fisiológicas de manera directa que afectan positivamente a la inmunidad y a la inflamación sistémica, entre otros muchos efectos, y además, de forma indirecta, las personas físicamente activas se preocupan más de una nutrición adecuada, de mantener unos buenos hábitos de salud, de conservar una composición corporal adecuada con menor grasa corporal, e incluso hacen mayor utilización de la medicina preventiva. Todo ello se refleja en los múltiples estudios publicados en los últimos 20 años, que muestran una clara asociación entre unos buenos hábitos de salud (incluido el ejercicio regular) con una menor incidencia de cáncer

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