Entrenamiento de fuerza del hemicuerpo superior después de un partido de fútbol: ¿compatible, complementario ó contraindicado?

Debido a los numerosos partidos que los jugadores profesionales de futbol tienen que afrontar con frecuencia experimentan estados de fatiga que pueden contribuir a un mayor riesgo de lesiones. Dado que la fatiga residual inducida por un partido puede durar hasta 72 horas, muchos entrenadores priorizan la recuperación en los días inmediatamente posteriores al día del partido. Si bien es intuitivo para los entrenadores y el equipo técnico disminuir la cantidad de entrenamiento complementario para enfocarse en la recuperación, la prescripción del entrenamiento de fuerza de la parte superior del cuerpo el día después del partido ha surgido recientemente como una modalidad de entrenamiento específica en este contexto. Si bien estas sesiones pueden implementarse para aumentar el estímulo del entrenamiento, hay datos limitados disponibles sobre la eficacia de dicha práctica para mejorar la cinética de recuperación.

Recientemente se han publicado una revisión narrativa (Sabag y col, 2021; Int J Sports Physiol Perform 13-ene; doi: 10.1123/ijspp.2020-0762) en la que los autores se centran en las implicaciones teóricas de realizar entrenamiento de la parte superior del cuerpo el día después de un partido de fútbol sobre el estatus de varios sistemas fisiológicos y psicológicos, incluyendo recuperación neuromuscular, metabólica, hormonal, perceptual e inmunológica.

La evidencia disponible sugiere que en la mayoría de los casos esta práctica, como habitualmente se implementa (baja carga, baja intensidad), es improbable que sea complementaria para acelerar los procesos de recuperación, pero es potencialmente compatible (no afecta negativamente a la recuperación).

Los autores sugieren que, en conjunto, el entrenamiento de fuerza de la parte superior del cuerpo al día siguiente de jugar un partido de fútbol requiere una programación individualizada teniendo en cuenta la dinámica asociada a los partidos (tiempo de juego, intensidad, viajes asociados, entre otros).

Es en el proceso de recuperación donde habitualmente “nos atascamos”. Como he comentado en múltiples ocasiones el manejo de la recuperación es realmente complicado a cualquier nivel que debamos aplicar. Es mucho más complicado para un preparador físico estructurar los procesos de recuperación, que hacerlo con las cargas de trabajo en el entrenamiento. Pienso que muchos deportistas, incluidos los de elite, se beneficiarían de periodos de “descanso” más numerosos. Nos cuesta un mundo no entrenar, o realizar entrenamientos complementarios a nuestra actividad principal, es como si perdiéramos el estado de forma en 24-48 h por no establecer un nuevo estímulo, pero pensar así es no conocer la fisiología del ejercicio. Siempre escuche que el descanso es parte del entrenamiento, pero en la práctica no siempre se tiene asumido.

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