El entrenamiento de desaceleración de deportes de equipo clave en la prevención de lesiones musculares

Las desaceleraciones horizontales de alta intensidad ocurren con frecuencia en los deportes de equipo y generalmente se realizan para facilitar una reducción en el impulso antes de una maniobra de cambio de dirección o después de una acción de carrera. Los fundamentos mecánicos de la desaceleración horizontal son únicos en comparación con otros patrones locomotoraes de alta intensidad (por ejemplo, aceleración, velocidad máxima de sprint) y se caracterizan por un perfil de fuerza de reacción del suelo de picos de alto impacto y tasas de carga. Las altas condiciones de carga mecánica que se observan al realizar desaceleraciones horizontales rápidas pueden provocar daño tisular y fatiga neuromuscular, lo que puede disminuir la competencia coordinativa y la capacidad de un individuo para disipar eficazmente las cargas de frenado. Además, los ciclos repetitivos de carga de desaceleración a largo plazo, si no se gestionan adecuadamente, pueden propagar la acumulación de daños y ofrecer una explicación de las consecuencias etiológicas crónicas del fenómeno de la “fallo por fatiga mecánica”. Las estrategias de entrenamiento deben buscar mejorar la capacidad de un atleta para disipar hábilmente las cargas de frenado, desarrollar estructuras musculoesqueléticas mecánicamente robustas y asegurar una exposición frecuente de desaceleración horizontal de alta intensidad para acostumbrar a las personas a los efectos potencialmente dañinos de las desaceleraciones intensas que los atletas realizan con frecuencia en la competencia.

Recientemente se ha publicado una revisión (McBurnie y col, 2021; Sports Med 29-oct; doi: 10.1007/s40279-021-01583-x) en la que se abordan consideraciones para los practicantes de la ciencia y la medicina del deporte en torno a la evaluación, entrenamiento y monitoreo de la desaceleración horizontal. Creemos que estas consideraciones podrían conducir a nuevos desarrollos en las estrategias de mitigación de lesiones y desarrollo físico en los deportes de equipo.

El número de desaceleraciones (> 3 m/s) en un partido de futbol profesional puede acercarse a las 90, con unas 50-60 acciones de desaceleración por término medio. Esta acción muscular conlleva un alto estrés mecánico que implica muchas estructuras ligamentosas, óseas, tendinosas y musculares, y que otorga una alta exigencia de adaptación. Las lesiones musculares, tan frecuentes en el fútbol, tienen en un alto porcentaje de casos relación con estas acciones, directa e indirectamente. Los preparadores físicos deben, bajo mi punto de vista, contemplar esta exigencia con acciones analíticas bien planificadas en los microciclos semanales de manera individualizada teniendo en cuenta el perfil del jugador y el puesto en el equipo

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