La hormona anabólica testosterona juega un papel fundamental en el envejecimiento saludable de los hombres y tiende a disminuir con la edad.
Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Potter y col, 2021; J Strength Cond Res 1-dic; doi: 10.1519/JSC.0000000000004146) con dos objetivos dobles: (a) evaluar el efecto del entrenamiento físico sobre la concentración total de testosterona en reposo en hombres aparentemente sanos, insuficientemente activos y (b) determinar si los efectos del entrenamiento físico diferían por modo de entrenamiento, edad, estado de masa corporal o medida de testosterona.
Se incluyeron en el análisis once ensayos controlados aleatorios (ECA) que representaban a 421 hombres aparentemente sanos, insuficientemente activos, de 19 a 75 años en 16 grupos de intervención que participaron en entrenamiento aeróbico, de fuerza o combinado con una duración media de 12 semanas.
Los resultados mostraron que en general, el entrenamiento físico tuvo un efecto insignificante sobre la concentración total de testosterona en reposo. Los análisis de subgrupos indicaron que el efecto del entrenamiento físico no se vio afectado significativamente por el modo de entrenamiento, la edad, el estado de masa corporal o la medida de testosterona.
Los autores concluyeron que el entrenamiento físico no parece afectar la concentración total o libre de testosterona en reposo en hombres eugonadales insuficientemente activos.
La testosterona es la hormona anabólica por excelencia y tiene un papel clave en el desarrollo de la masa muscular y la fuerza. El envejecimiento disminuye de manera fisiológica los niveles de testosterona, y este hecho produce en los hombres una menor capacidad de adaptación al estímulo del entrenamiento físico en lo relativo a la masa muscular y la fuerza. No parece que periodos de entrenamiento a corto/medio plazo modifique las concentraciones séricas de testosterona, pero no sabemos con certeza si una vida físicamente activa a lo largo de los años es capaz de sostener mejor el declive fisiológico de las concentraciones de testosterona propios del envejecimiento
