Distribución de la intensidad de entrenamiento en corredores de media y larga distancia

La distribución de la intensidad del entrenamiento (TID) se considera el factor clave para optimizar el rendimiento en los deportes de resistencia aeróbica.

Recientemente se ha publicado una revisión sistemática (Campos y col, 2021; Int J Sports Med 8-nov; doi: 10.1055/a-1559-3623) que tuvo como objetivos: I) caracterizar el TID que suelen utilizar los corredores de media y larga distancia; II) comparar el efecto de diferentes tipos de TID sobre el rendimiento de resistencia aeróbica y sus determinantes fisiológicos; III) determinar hasta qué punto diferentes métodos de cuantificación de TID pueden calcular los mismos resultados de TID de un programa de entrenamiento determinado.

Se identificaron 20 artículos en las bases de datos de investigación. Estos artículos demostraron diferencias en la cuantificación de las diferentes zonas de intensidad de entrenamiento entre los métodos de cuantificación (es decir, clasificación de sesión del esfuerzo percibido, frecuencia cardíaca, lactato en sangre, ritmo de carrera y velocidad de carrera). Los estudios que utilizaron mayores volúmenes de entrenamiento de baja intensidad, como los que se caracterizan por enfoques TID piramidales y polarizados, informaron mayores mejoras en el rendimiento de resistencia aeróbica que los que utilizaron un umbral TID. Por lo tanto, parece que la combinación de alto volumen a baja intensidad (≥ 70% del volumen de entrenamiento general) y bajo volumen en el umbral y entrenamiento en intervalos de alta intensidad (≤ 30%) es necesaria para optimizar las adaptaciones del entrenamiento de resistencia aeróbica en el medio fondo y corredores de fondo.

Estamos inmersos desde hace algunos años en la corriente de opinión del ejercicio de alta intensidad como valedor de las mejores y más saludables adaptaciones asociadas al ejercicio. También en el área de rendimiento, especialmente la de los aficionados, ha entrado con fuerza esta corriente de la alta intensidad y especialmente del HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad). Sin embargo, cuando hablamos de rendimiento en resistencia aeróbica, el entrenamiento de volumen de baja intensidad se muestra decisivo para alcanzar altas cotas de adaptación a la resistencia aeróbica. Por ejemplo, hacer volumen de entrenamiento es innegociable para un corredor de maratón o media maratón, al menos si lo que pretende es mejorar su rendimiento y/o cubrir las distancias de las pruebas en las que participa de manera “digna”. Por supuesto que la alta intensidad, especialmente el HIIT, es muy importante si buscamos rendimiento, pero es el volumen de baja intensidad quien se lleva el protagonismo fisiológico sin duda

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