Dieta cetogénica y rendimiento en atletas de resistencia aeróbica

(post destacado 2017) Las dietas bajas en hidratos de carbono han crecido en popularidad entre los deportistas en los últimos años, sin embargo, no son bien conocidos los efectos a largo plazo (>4 semanas) sobre el rendimiento. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (McSwiney y col, 2017; Metabolism 3-nov) cuyo objetivo fue valorar los efectos sobre el rendimiento en atletas entrenados de una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas (LCKD). Los atletas voluntarios, habitualmente con dietas basadas en los hidratos de carbono (CHO), fueron distribuidos en dos grupos: grupo alto consumo de CHO (HC, %CHO:proteínas:grasas de 65:14:20) y grupo LCKD (%CHO:proteínas:grasas de 6:17:77). Ambos grupos realizaron el mismo entrenamiento (resistencia aeróbica, fuerza, HIIT). Antes y después de completar un periodo de 12 semanas de dieta y entrenamiento, se valoró la composición corporal y completaron una carrera de 100k (TT), test de esprint de 6 s (SS) y test de potencia crítica (CPT). Durante los test post-intervención el grupo HC consumió 30-60 g/h de CHO, mientras que el grupo LCKD consumió agua y electrolitos. Los resultados mostraron un mayor descenso del peso corporal en el grupo LCKD (-5,9 kg vs -0,8 kg) y % grasa corporal (-5,2% vs -0,7%). Los niveles de cuerpos cetónicos aumentaron en la semana 12 en el grupo LCKD (de 0,1 a 0,5 mmol/L de beta-hidroxi-butirato). No hubo diferencias de rendimiento en los 100 k entre grupos. El test SS y la CPT mejoraron en el grupo LCKD respecto al grupo HC. La oxidación de ácidos grasos durante el test de 100 k fue significativamente superior en el grupo LCKD. Los autores concluyen que en comparación con el grupo HC, 12 semanas de dieta cetogénica más entrenamiento, mejoró la composición corporal, la oxidación de grasas durante el ejercicio y el rendimiento en atletas de resistencia aeróbica.

Las dietas cetogénicas, casi siempre devaluadas por los atletas en cuanto a su rigurosidad, han sido durante un tiempo muy aplaudidas por determinados sectores de atletas, entrenadores y nutricionistas. Siendo de enorme interés desde un punto de vista de las adaptaciones obtenidas y su relación con la bioenergética durante el ejercicio, lo cierto es que, a pesar de las evidencias casi siempre positivas, no ha logrado afianzarse como estrategia rutinaria. La razón principal, como se evidencia el artículo comentado hoy, es que finalmente el rendimiento no se ve mejorado de forma clara. Así pues, muchos atletas renuncian al sacrificio que supone este tipo de dietas al no encontrar una vinculación clara con la mejora de sus marcas.

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