Creatina y entrenamiento de fuerza en personas de edad avanzada

La sarcopenia se refiere a la pérdida de fuerza y ​​masa muscular relacionada con la edad, que se asocia con una calidad de vida reducida, particularmente en mujeres mayores. El entrenamiento de fuerza (RT) está bien establecido como una intervención eficaz para contrarrestar los índices de sarcopenia. La investigación acumulada indica que la adición de suplementos de creatina (Cr) al RT aumenta las ganancias en la fuerza muscular y la masa muscular, en comparación con el RT solo. Sin embargo, alguna evidencia indica que las diferencias de sexo pueden alterar la efectividad de Cr.

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Pinheiro Dos Santos y col, 2021; Nutrients 24-oct; doi: 10.3390/nu13113757) cuyo objetivo fue revisar sistemáticamente los ensayos controlados aleatorios (ECA) que investigan la eficacia de Cr + RT en las medidas de la fuerza y ​​la masa muscular de la parte superior e inferior del cuerpo y la masa muscular en mujeres mayores. Se incluyeron en la revisión diez ECA (N = 211 participantes).

Los resultados mostraron que la Cr aumentó significativamente las medidas de la fuerza de la parte superior del cuerpo (7 estudios, n = 142, p = 0,04), sin efecto sobre la fuerza de la parte inferior del cuerpo o las medidas de masa muscular. Los subanálisis revelaron que tanto la fuerza de la parte superior del cuerpo (4 estudios, n = 97, p = 0,05) como la de la parte inferior del cuerpo (4 estudios, n = 100, p = 0,03) aumentaron con Cr, en comparación con placebo en estudios ≥ 24 semanas de duración.

Los autores concluyeron que las mujeres de edad avanzada que se suplementan con Cr experimentan ganancias significativas en la fuerza muscular, especialmente cuando el RT dura al menos 24 semanas. Sin embargo, dado el nivel de evidencia, se necesitan estudios futuros de alta calidad para confirmar estos hallazgos.

Se publican muchos estudios de intervención con entrenamiento de la fuerza en personas de edad avanzada. Los que dedicamos nuestra vida profesional a formarnos lo mejor posible para saber aplicar el ejercicio de la manera más eficaz y segura, podemos llegar a pensar que el ejercicio se aplica a un porcentaje amplio de personas de edad avanzada al estar constantemente inmersos en leer investigaciones, compartir conocimientos con colegas o impartir ponencias o cursos, pero la realidad fuera de esta burbuja académica/investigadora es que en la sociedad real solo un residual número de personas de edad avanzada siguen programas de ejercicio de manera regular. Sin duda, se han hecho grandes avances, pero aún queda mucho camino por recorrer más allá de las excelentes publicaciones que refrendan día a día las enormes ventajas que el ejercicio aporta a las personas de edad avanzada. Esa transferencia al terreno de lo social, no la pueden hacer los investigadores, que bastante hacen aportando evidencia científica aplastante, sino que queda en manos de decisiones políticas, lo que irremediablemente nos lleva a la incertidumbre de la oportunidad política frente al bien social

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