Comparación de cambios en la composición corporal con entrenamientos de fuerza y fuerza resistencia

Conceptualmente el entrenamiento de fuerza se dividido en tres grandes categorías; fuerza máxima, potencia muscular y fuerza resistencia. Seguramente sea más una estructura más académica que fisiológica, pero a día de hoy los entrenadores y usuarios utilizan esta u otra terminología similar para referirse al objetivo de un programa de entrenamiento de fuerza. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Vargas y col, 2018; Eur J Appl Physiol 24-ene; doi: 10.1007/s00421-019-04082-0) cuyo objetivo fue comparar los efectos del entrenamiento de fuerza (RT) con un mayor énfasis en un tipo RT de fuerza máxima (strength-RT) o fuerza resistencia (endurance-RT), sobre la composición corporal. Participaron 25 hombres entrenados en fuerza (edad media: 28,4 años) que fueron asignados aleatoriamente a un grupo de entrenamiento “strength-RT” que realizó 3 series de 6-8 repeticiones máximas (RM) con 3 min de recuperación, o un grupo “endurance-RT” que realizó 3 series de 20-25 RM con 60 s de recuperación, o un grupo control (CON). Todos los grupos realizaron las series hasta el fallo muscular, siguiendo una dieta hiperenergética. La composición corporal se valoró por DEXA. Los resultados mostraron que después de 8 semanas se observó un aumento de masa muscular total y masa libre de grasa, solo en el grupo strength-RT; sin embargo, no se observaron diferencias significativas entre grupos. Los autores sugieren que la ganancia en masa libre de grasa en entrenamiento de fuerza no fue influenciada significativamente por el tipo de estímulo de entrenamiento aplicado en un periodo de 8 semanas.

Estudio y datos interesantes que se añaden a la larga lista de resultados de investigaciones que en los últimos años están “recolocando” de alguna manera clásicos conceptos del entrenamiento de la fuerza. Seguramente a esta investigación no le falten limitaciones (seguramente como al resto la “brevedad” de la intervención (12 semanas)) pero los resultados son interesantes y ponen el acento en detalles importantes a la hora de diseñar programas de fuerza, como el ir o no al fallo, controlar la velocidad, control del tiempo de recuperación, etc. En mi opinión estos estudios nos deben provocar “inquietud fisiológica” para seguir avanzando en la relación entre modalidad de estímulo muscular y adaptación.

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