La fatiga sostenida que se produce tras los entrenamientos de fuerza surge de los mismos mecanismos, independientemente de si las cargas utilizadas son pesadas o ligeras. Esto puede cuestionar algunos de los supuestos beneficios de la periodización de carga (Chris Beardsley; @SandCResearch 20-oct-20). Independientemente de la carga o método de entrenamiento utilizado, la fatiga después de una sesión de entrenamiento de fuerza es causada por tres factores: fallo en el acoplamiento excitación-contracción, daño miofibrilar y fatiga del sistema nervioso central. Sin embargo, las cargas ligeras se asocian a fatiga más prolongada que las cargas pesadas (Chris Beardsley; @SandCResearch 20-oct-20).
Otras consideraciones de Chris Beardsley:
La reducción de glucógeno muscular probablemente no contribuya sustancialmente a la reducción de fuerza después de una sesión de entrenamiento, independientemente de si se aplican altas o bajas cargas.
Se asume a menudo que el daño miofibrilar es provocado por elevados niveles de tensión mecánica mientras las fibras musculares son estiradas, sin embargo, existe un retraso entre la sesión de trabajo y la aparición del daño muscular. Esto sugiere que el daño muscular está probablemente más asociado a cambios bioquímicos.
El fallo en el acoplamiento excitación-contracción y el daño miofibrilar se provocan cuando las fibras musculares son expuestas a los iones de calcio durante periodos prolongados de tiempo. Esos periodos de exposición son más prolongados cuando se aplican cargas ligeras que finalmente llevan a la fatiga.
Después de una sesión de entrenamiento, la fatiga del sistema nervioso central es probablemente un efecto secundario al daño miofibrilar, debido a la respuesta inflamatoria, que es mayor cuando el daño muscular es más importante.