Aplicación de frío post-ejercicio y rendimiento

crioterapia__cover-large(post destacado 2015) La aplicación de frío post-ejercicio se utiliza para intentar mejorar la recuperación durante el entrenamiento de alta intensidad y/o duración o en los periodos de competición. Muchos estudios han utilizado los resultados obtenidos en sujetos no entrenados para tratar de transferir los mismos a atletas, aunque esto es cuestionable. Recientemente se han publicado los resultados de un meta-análisis (Hohenauer y col, 2015; PLoS One 28-sep) cuyo objetivo fue determinar posibles efectos de la aplicación de diferentes modalidades de frío, en comparación con la no aplicación o recuperación pasiva durante 96 h post-ejercicio. Los datos conjuntos de 27 estudios mostraron que la aplicación de frío, especialmente la inmersión en agua fría minimizó los síntomas del DOMS (dolor muscular) después de 24 h de recuperación, permaneciendo el efecto hasta las 96 h post-ejercicio. La percepción subjetiva del esfuerzo (RPE) fue menor en condiciones de aplicación de frío después de 24 de finalizado el ejercicio, aunque no se modificó ningún marcador sérico (citoquinas) de inflamación durante las 96 h de recuperación estudiadas. En otro meta-análisis publicado en 2013 (Poppendieck y col, 2013; Int J Sports Physiol Perform 8: 227-42) los autores concluyeron que en conjunto los efectos del frío post-ejercicio en atletas no fue importante, pero que bajo condiciones apropiadas (frío de cuerpo entero y recuperación de sprints) la aplicación de frío post-ejercicio parece tener efectos positivos en atletas de competición. Por otra parte, la inmersión en agua fría y las cámaras criogénicas parecen más eficaces que la aplicación local de frio.

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