Restricción de flujo sanguíneo en entrenamiento de fuerza de altas cargas

La restricción de flujo sanguíneo (BFR) combinada con entrenamiento de fuerza con bajas cargas ha mostrado efectos fisiológicos similares a los alcanzados con entrenamientos más intensos sin restricción.

Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Luiz Teixeira y col, 2021; J Strength Cond Res 1may; doi: 10.1519/JSC.0000000000003965) cuyo objetivo fue investigar, durante el entrenamiento de fuerza con altas cargas (HL-RT), el efecto de la restricción del flujo sanguíneo (BFR) aplicado durante los intervalos de descanso (BFR-I) y las contracciones musculares (BFR-C) en comparación con HL -RT solo (sin BFR), en la máxima contracción isométrica voluntaria (MVIC), fuerza dinámica máxima (una repetición máxima [1RM]), área de sección transversal del cuádriceps (QCSA), concentración de lactato en sangre ([La]) y media de la raíz cuadrada de las respuestas de electromiografía de superficie (RMS-EMG).

Participaron 49 hombres sanos y desentrenados (25 ± 6.2 años, 178.1 ± 5.3 cm y 78.8 ± 11.6 kg) que entrenaron dos veces por semana, durante 8 semanas. Una pierna de cada sujeto realizó HL-RT sin BFR (HL-RT), mientras que la pierna contralateral se asignó aleatoriamente a 1 de 2 protocolos de extensión de rodilla unilaterales: BFR-I o BFR-C (para todos los protocolos, 3 × 8 repeticiones, 70% 1RM). La contracción isométrica voluntaria máxima, 1RM, QCSA y los cambios agudos en [La] y RMS-EMG se evaluaron antes y después del entrenamiento. La medición de [La] y RMS-EMG se realizó durante las sesiones de control con la misma carga relativa obtenida tras la prueba de 1RM, antes y después del entrenamiento.

Los resultados mostraron aumentos similares en MVIC, 1RM y QCSA entre todas las condiciones, sin diferencias significativas entre ellas. [La] aumentó para todos los protocolos antes y después del entrenamiento, pero fue más alto para BFR-I en comparación con los protocolos restantes. Se produjeron aumentos en RMS-EMG para todos los protocolos en el pre-entrenamiento y el post-entrenamiento, sin diferencias significativas entre ellos.

Los autores concluyeron que, a pesar de un mayor estrés metabólico, la inclusión de BFR a HL-RT durante los intervalos de descanso o la contracción muscular no promovió ningún efecto adicional sobre la fuerza muscular y la hipertrofia.

El entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo se aplica especialmente en personas que por su estado fisiológico (ej. edad, debilidad muscular, lesión…) no pueden desarrollar los protocolos de entrenamiento habituales. También se aplica en los periodos de recuperación entre series (e intervalos) para lograr mantener un alto estrés metabólico en el medio interno del miocito. No es tan habitual su aplicación utilizando altas cargas de intensidad con las que ya se logran altos niveles de estrés metabólico muscular, utilizando para ello los periodos de recuperación. No parece que en este último caso la aplicación de restricción de flujo otorgue ventajas adicionales en las adaptaciones funcionales y estructurales que ya se obtienen per se con el entrenamiento convencional

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