Pérdida de peso, ejercicio y control emocional

El tema de la pérdida de grasa corporal sigue siendo uno de los más demandados por millones de personas. Miles de estudios se han publicado sobre este tema con distintos matices en sus resultados, pero sin demostrar contundentemente que el ejercicio, en la vida real, constituye una herramienta eficaz para luchar contra el sobrepeso y la obesidad. Podemos afirmar que nadie llega a ser obeso por no hacer ejercicio, igual que podemos afirmar que ningún paciente obeso va a dejar de serlo por hacer ejercicio. El sobrepeso importante y la obesidad se asocian a inadecuados hábitos de alimentación que generalmente se consolidan en la base de la esfera emocional, no en el desconocimiento del valor calórico de los alimentos. Las investigaciones que vinculan al ejercicio con el descenso de grasa corporal son certeras a la hora de mostrarnos la evidencia científica en ambientes controlados con tiempos acotados de intervención. Pienso que el ejercicio debe estar presente frente al sobrepeso y la obesidad, pero es más importante para la inmensa mayoría de las personas que controlen sus emociones mediante el apoyo profesional de un psicólogo especializado.

El artículo del día:

El entrenamiento de fuerza (RT) ha mostrado efectos al menos iguales a los obtenidos por el entrenamiento aeróbica en el descenso de la grasa corporal en programas controlados de pérdida de peso. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Miller y col, 2017; Int J Sport Nutr Exerc Metab 5:1-24) cuyo objetivo fue determinar los efectos del entrenamiento de fuerza (RT), intervención nutricional (DIET), RT más intervención nutricional (RT+DIET) o grupo control (CON) sobre la composición corporal y la tasa metabólica de reposo (RMR) en 40 mujeres premenopáusicas. En la intervención nutricional se mantuvieron 1,4 g/kg/día de proteínas, y en el entrenamiento de fuerza se trabajaron grandes grupos musculares. Los resultados mostraron un descenso lineal de la grasa corporal en todos los grupos de intervención, siendo la pendiente de ese descenso progresivamente más acusada en el orden: RT – DIET – RT+DIET. Solo en el grupo que entrenó solo fuerza se constató un aumento de la masa muscular. En los 4 meses de duración del estudio hubo una tendencia a ir aumentando la RMR en todos los grupos, pero no alcanzó significación estadística. Los autores concluyen que el descenso de la grasa corporal se produjo en todos los grupos de intervención, aunque los resultados parecieron maximizarse en el grupo RT+DIET, al tiempo que solo el grupo RT aumentó la masa libre de grasa.

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