Monitorización de la frecuencia cardiaca en fútbol

La identificación de las cargas fisiológicas impuestas por el entrenamiento de fútbol o los partidos revela información esencial que puede ayudar a mejorar las estrategias de entrenamiento y recuperación. La frecuencia cardíaca es una de las variables fisiológicas más comunes utilizadas para determinar la carga de entrenamiento interna del ejercicio. Hasta el día de hoy, el uso de la monitorización de la frecuencia cardíaca (FC) no está estandarizado en el fútbol.

Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Alexandre y col, 2022; J Strength Cond Res 26:2890-906; doi: 10.1519/JSC.0b013e3182429ac7) cuyo objetivo fue analizar, determinar y comparar la intensidad del ejercicio (IE) evaluada por FC en jugadores de fútbol profesionales, juveniles y aficionados durante partidos y sesiones de entrenamiento mediante un metaanálisis.

Los resultados mostraron que la IE media registrada durante los partidos competitivos se describió como 70-80 % del VO2max o 80-90 % de la frecuencia cardíaca máxima (FCmax), independientemente del nivel de juego. Con respecto a las zonas de entrenamiento de FC, aproximadamente el 65 % de la duración total del partido se situó a una intensidad del 70-90 % de FCmáx y rara vez por debajo del 65 % de FCmáx. Sin embargo, aunque la FCmáx se emplea mayoritariamente en la literatura, la monitorización de la IE debe expresarse en relación con la frecuencia cardíaca de reserva, ya que se describió como un indicador más fiable de la FC, permitiendo comparaciones interindividuales. La respuesta de la FC según la posición de juego indica que los centrocampistas se caracterizan por tener la IE más alta, seguidos de los delanteros y laterales. Además, en la segunda mitad del partido, la IE es menor que la observada durante la primera mitad; esta reducción podría estar correlacionada con el nivel de preparación física del jugador. En consecuencia, los entrenadores pueden preferir el uso de entrenamiento por intervalos o juegos de entrenamiento en espacios reducidos porque se ha demostrado que mejoran tanto la capacidad aeróbica como la capacidad de repetir acciones de alta intensidad. Los juegos reducidos permiten alcanzar respuestas de FC similares a las encontradas durante el entrenamiento interválico y los partidos, pero con valores de heterogeneidad mayores. Futuras investigaciones deberían incluir una muestra más amplia de jugadores con especial referencia a la posición de juego y la expresión de la IE en porcentaje de la frecuencia cardíaca de reserva, analizando las posibles diferencias intergénero en la respuesta de la FC.

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