García Ramos A. Resistance training intensity prescription methods based on lifting velocity monitoring. Int J Sports Med. 2023 Aug 22. doi: 10.1055/a-2158-3848.
Las respuestas fisiológicas al entrenamiento de fuerza (ER) y las adaptaciones resultantes dependen de varias variables de ER, como el tipo y orden de ejercicios, la intensidad del ejercicio, el volumen, los períodos de descanso entre series e intra-series, y el ritmo de levantamiento [1]. Entre estas variables, la intensidad del ejercicio (carga levantada en relación con la fuerza máxima individual) es probablemente el factor más crítico para promover ganancias de fuerza [2]. Por lo tanto, para lograr adaptaciones específicas en el ER, es esencial que los entrenadores e investigadores cuenten con referencias confiables para individualizar las cargas. Los entrenadores generalmente se basan en el máximo de una repetición (1RM), que representa la carga más pesada que se puede levantar con la técnica adecuada en una repetición única en un ejercicio dado, como la principal referencia para la individualización de la carga [3].
Tradicionalmente, se han asignado cargas absolutas (kg) para igualar una carga relativa específica (% 1RM) que debe levantarse durante un número predeterminado de series y repeticiones [1]. Este enfoque, conocido como entrenamiento basado en porcentajes, establece intensidades y volúmenes objetivo al comienzo del ciclo de entrenamiento. El enfoque tradicional requiere la evaluación directa del 1RM al comienzo del ciclo de entrenamiento para los ejercicios principales incorporados en el programa de ER. Posteriormente, las cargas se prescriben en relación con la fuerza dinámica máxima del individuo (por ejemplo, 75% 1RM), y los entrenadores deben suponer que los 1RM permanecen estables o aumentan en una cantidad fija durante el ciclo de entrenamiento. Sin embargo, es bien sabido que las adaptaciones al ER son específicas de cada individuo, lo que resulta en una variabilidad significativa entre sujetos en los cambios del 1RM en el mismo programa de ER [4]. Esta variabilidad plantea un problema al utilizar el método de prescripción basado en porcentajes rígidos, ya que en muchas ocasiones la carga prescrita puede no coincidir con el % 1RM previsto.
Para garantizar una coincidencia más cercana entre el estímulo de ER previsto y el entregado, se han propuesto varios métodos de autorregulación [5, 6]. La autorregulación en el ER se refiere al proceso que permite a los practicantes ajustar continuamente las variables de entrenamiento en función de la medición del rendimiento individual o de su capacidad percibida para realizar. A diferencia del enfoque rígido basado en porcentajes, los métodos de autorregulación permiten el ajuste de variables de entrenamiento, como la carga levantada o el número de series y repeticiones, a diario según la retroalimentación de los atletas sobre su rendimiento físico. La retroalimentación puede ser tanto subjetiva (por ejemplo, calificaciones de esfuerzo percibido) como objetiva (por ejemplo, velocidad de levantamiento) [5, 6]. Por lo tanto, los métodos de autorregulación tienen en cuenta tanto las respuestas individuales al entrenamiento (es decir, la tasa de progreso) como los factores de estrés no relacionados con el entrenamiento (por ejemplo, sueño, nutrición y estrés en la vida).
El entrenamiento basado en la velocidad (VBT) es un método de autorregulación objetivo que ha ganado popularidad entre los científicos del deporte y los practicantes debido a la proliferación de dispositivos que controlan con precisión la velocidad del movimiento durante los ejercicios de entrenamiento de fuerza (ER) [7, 8]. El VBT tiene aplicaciones importantes para (i) mejorar la calidad del entrenamiento, (ii) prescribir intensidades y volúmenes de ER, y (iii) evaluar la disposición física diaria y las adaptaciones neuromusculares inducidas por el entrenamiento [7].
Este artículo de revisión se enfoca exclusivamente en una de las múltiples aplicaciones del VBT: la prescripción de intensidades de ER. Más específicamente, el artículo examina los tres principales métodos que se han propuesto para prescribir cargas que coincidan con intensidades específicas de ER (% 1RM) basadas en el control de la velocidad de levantamiento: (i) zonas de velocidad, (ii) relaciones de carga-velocidad generalizadas y (iii) relaciones de carga-velocidad individualizadas. Finalmente, debido a la superioridad comprobada de las relaciones de carga-velocidad individualizadas [7], el artículo concluye abordando una serie de factores que influyen en su precisión para estimar el 1RM, incluida la selección de ejercicios, el tipo de variable de velocidad, el modelo de regresión, el número de cargas, la ubicación de los puntos experimentales en la relación carga-velocidad, el umbral de velocidad mínimo (MVT), la provisión de retroalimentación de velocidad y el dispositivo de monitoreo de velocidad.
Evaluación directa del 1RM
La evaluación directa del 1RM se reconoce como un método valioso para evaluar la capacidad de fuerza máxima de un individuo, ofreciendo aplicaciones significativas tanto en contextos de entrenamiento como de test [3]. El procedimiento estándar implica realizar un ejercicio específico con cargas crecientes hasta alcanzar la capacidad máxima de levantamiento, considerando la prueba completa cuando los individuos ya no pueden realizar una repetición exitosa con una carga más alta. Lograr resultados precisos (máximos) mientras se minimiza el riesgo de lesiones requiere una atención meticulosa a la forma adecuada, una concentración enfocada y una mentalidad competitiva.
La prueba directa de 1RM ofrece ventajas y limitaciones. Notablemente, muestra una validez superior y una menor reproducibilidad en comparación con los métodos de estimación del 1RM [3, 9]. Sin embargo, la evaluación directa del 1RM es física, técnica y psicológicamente exigente. Físicamente, los ejercicios que involucran grupos musculares grandes o requieren alta destreza técnica pueden ser particularmente desafiantes. También existe un riesgo potencial de lesiones si no se mantiene una forma adecuada durante los levantamientos máximos. Además, intentar levantamientos máximos puede resultar intimidante para algunas personas, lo que podría llevar a un rendimiento disminuido o a la renuencia a superar su zona de confort. Además, el 1RM puede fluctuar debido a factores de estrés no relacionados con el entrenamiento (por ejemplo, sueño, nutrición y estrés en la vida) o cambiar sistemáticamente debido al entrenamiento o al desentrenamiento. Por lo tanto, puede ser necesario realizar evaluaciones frecuentes de 1RM para garantizar una coincidencia más cercana entre la carga relativa prevista y entregada (% 1RM). Todas estas limitaciones pueden llevar a que los entrenadores descarten el uso del 1RM como referencia para la individualización de las cargas de entrenamiento a pesar de su indiscutible valor.
El control de la velocidad de levantamiento con cargas submáximas se ha propuesto como un sustituto de las pruebas máximas de 1RM. Sin embargo, incluso para los entrenadores e investigadores que eligen conservar la prueba directa de 1RM, el control de la velocidad de levantamiento todavía puede ser valioso para refinar sus procedimientos de prueba. La aplicación más útil del control de la velocidad de levantamiento es determinar si las cargas probadas representan máximos verdaderos o no. Se ha propuesto un umbral de velocidad mínimo (MVT) general, que representa la velocidad media alcanzada en la prueba de 1RM, para ejercicios de ER comúnmente utilizados [7]. Con base en esta información, un verdadero 1RM podría considerarse válido solo cuando la velocidad media de levantamiento, asumiendo una intención máxima durante la repetición, es menor o comparable al MVT asociado con el ejercicio probado. Considerando esta información, los entrenadores pueden tomar decisiones más informadas sobre si los atletas deben intentar levantamientos adicionales durante las sesiones de prueba de 1RM [10].
Evaluación indirecta del 1RM y cargas relativas (%1RM) a través del control de la velocidad de levantamiento
La importancia incuestionable del 1RM, junto con las limitaciones asociadas a su evaluación directa, justifica el interés en explorar métodos de estimación del 1RM. Los dos enfoques más populares para estimar el 1RM incluyen (i) pruebas de repeticiones hasta el fallo [11] y (ii) el control de la velocidad de levantamiento con cargas submáximas [7]. Las pruebas de repeticiones hasta el fallo se introdujeron anteriormente debido a su facilidad de implementación, ya que no requieren equipos sofisticados, lo que las hace adecuadas para su uso generalizado en diversos entornos de entrenamiento [11]. Sin embargo, dado que la fatiga inducida por la realización de repeticiones hasta el fallo muscular puede interferir con los objetivos de entrenamiento [12], un método menos propenso a la fatiga basado en el monitoreo de la velocidad de levantamiento ha ganado popularidad recientemente en el campo de la fuerza y acondicionamiento. Es importante destacar que investigaciones recientes han demostrado que la velocidad de levantamiento puede proporcionar estimaciones del 1RM con una precisión comparable o potencialmente mayor que las pruebas de repeticiones hasta el fallo [13-15]. En esta sección se discuten los tres principales métodos propuestos para prescribir cargas absolutas (kg) que coincidan con cargas relativas específicas (%1RM) basadas en el monitoreo de la velocidad de levantamiento, comenzando desde el menos preciso hasta el más preciso: (i) zonas de velocidad, (ii) relaciones generalizadas carga-velocidad (L-V) y (iii) relaciones individuales carga-velocidad (L-V).
- Zonas de velocidad
Las zonas de velocidad se refieren a rangos predefinidos de velocidades de levantamiento que se utilizan para apuntar a cualidades específicas de fuerza y guiar la selección de carga (Figura 1). Las zonas de velocidad fueron introducidas por Bryan Mann [16] y aparentemente estaban respaldadas por una relación sólida y consistente entre la velocidad media de levantamiento de la barra y la intensidad de la carga levantada (% 1RM) en ejercicios de sentadilla y peso muerto en atletas universitarios. Estas zonas de velocidad fueron posteriormente generalizadas a otros ejercicios. En consecuencia, en lugar de prescribir las cargas para que coincidan con un % 1RM específico, se alentó a los entrenadores a asignar cargas basadas en el rango de velocidad correspondiente. Es importante destacar que iniciar las series dentro de un rango específico de velocidades de levantamiento implica que, independientemente del ejercicio y las características del atleta, se asume que la intensidad de la carga levantada (% 1RM) es prácticamente idéntica.
Sin embargo, es crucial reconocer que cada ejercicio tiene un perfil de %1RM-velocidad distinto, por lo que generalizar zonas de velocidad entre diferentes ejercicios puede no ser válido. La Figura 2 ilustra la relación generalizada %1RM-velocidad reportada en estudios previos para cinco ejercicios específicos, como la sentadilla [17], el peso muerto [18], el press de banca [19], el pull-over en banco [20] y la dominada [21]. Tenga en cuenta que un valor de velocidad fijo de 0.50 m/s correspondía a diferentes cargas relativas para la sentadilla (≈ 78%1RM), el peso muerto (≈ 89%1RM), el press de banca (≈ 77%1RM), el pull-over en banco (≈ 97%1RM) y la dominada (≈ 84%1RM). Esto resalta que cuando se prescribe la misma velocidad inicial, es probable que los atletas experimenten diferentes niveles de esfuerzo según el ejercicio realizado. Se requiere un enfoque más completo e individualizado del VBT que tenga en cuenta las características únicas de cada ejercicio.
- Relación generalizada carga-velocidad
La relación generalizada carga-velocidad fue introducida por González-Badillo y Sánchez-Medina [19]. El procedimiento convencional para establecer una relación carga-velocidad generalizada implica reclutar un número significativo de sujetos para completar una prueba de carga incremental completa en un ejercicio específico. La prueba comienza con una carga ligera y la carga se aumenta progresivamente hasta llegar al 1RM. La salida de velocidad de la repetición más rápida realizada con cada carga por cada sujeto se utiliza para análisis posteriores. Una vez que se conoce la carga de 1RM, las cargas absolutas (kg) se expresan como cargas relativas (%1RM). Por lo tanto, cada sujeto contribuye con múltiples puntos experimentales, y cada punto representa una carga relativa (%1RM) y su valor de velocidad correspondiente. Finalmente, se aplica un modelo de regresión lineal (en algunos estudios un polinomio de segundo orden) a los puntos experimentales proporcionados por todos los sujetos para establecer la relación generalizada (es decir, promediada entre los sujetos) entre %1RM y la velocidad de levantamiento. Se han establecido relaciones carga-velocidad generalizadas para una variedad de ejercicios de ER, incluyendo la sentadilla [17, 22, 23], el peso muerto [18, 24, 25], el empuje de cadera [26, 27], la prensa de piernas [23, 28], la extensión de piernas [29], el press de banca [19, 30-32], el pull-over en banco [20, 30, 33], el press militar [34-37] y la dominada [21, 38]. El objetivo final de las relaciones carga-velocidad generalizadas es “determinar cuál es el %1RM que se está utilizando tan pronto como se realiza la primera repetición con una carga dada con velocidad voluntaria máxima” [19]. Las relaciones carga-velocidad generalizadas específicas para cada ejercicio representan una mejora notable sobre las zonas de velocidad universales, ya que tienen en cuenta las características únicas de cada ejercicio. Sin embargo, no es raro observar discrepancias en estudios que examinan la misma relación %1RM-velocidad. Por ejemplo, la velocidad media propulsiva asociada al 50%1RM durante el ejercicio de sentadilla completa se informó como 1.14 m/s por Sánzhez-Medina et al. [22], 0.99 m/s por Conceição et al. [23] y 0.84 m/s por Martínez-Cava et al. [17]. En otras palabras, una repetición realizada a una velocidad media propulsiva de 0.70 m/s correspondería al 79%1RM para Sánzhez-Medina et al. [22], al 72%1RM para Conceição et al. [23] y al 64%1RM para Martínez-Cava et al. [17]. Estas discrepancias podrían ser especialmente problemáticas considerando que los tres estudios probaron una muestra similar (hombres jóvenes y saludables) utilizando el mismo equipo (máquina Smith) y dispositivo de monitoreo de velocidad (Sistema T-Force, Ergotech, Murcia, España). Debe tenerse en cuenta que la adopción universal de relaciones carga-velocidad generalizadas está limitada por al menos siete factores adicionales, que incluyen la naturaleza específica de la variante, el sexo, la edad, el dispositivo, el equipo, el sujeto y la relación %1RM-velocidad específica del entrenamiento.
- Relación carga-velocidad individualizada
La Tabla 2 proporciona una descripción de los tres enfoques más comúnmente utilizados para establecer la relación individual entre la carga relativa (%1RM) y la velocidad de levantamiento. Los dos primeros enfoques implican una evaluación directa del 1RM, mientras que el tercer enfoque elimina la necesidad de una evaluación directa al estimar el 1RM como la carga correspondiente a un MVT específico. Dado que una de las principales ventajas del VBT es la evitación de pruebas máximas, esta sección se centrará exclusivamente en el enfoque que no requiere una evaluación directa del 1RM.
Es importante destacar que las relaciones Carga-Velocidad individualizadas han enfrentado críticas en comparación con las zonas de velocidad o las relaciones Carga-Velocidad generalizadas debido a la percepción de que requieren un procedimiento de prueba más prolongado, fatigante y complejo. Por ejemplo, Jovanovic & Flanagan [10] propusieron originalmente un método que implicaba registrar la velocidad de levantamiento promedio con al menos 4-6 cargas crecientes y realizar un conjunto de repeticiones hasta el fallo para determinar el MVT individual en función de la velocidad promedio de la última repetición. Sin embargo, este enfoque no es práctico para el uso diario. Se han desarrollado procedimientos más cortos y menos fatigantes para facilitar la implementación de relaciones Carga-Velocidad individualizadas, como el uso del método de 2 puntos (es decir, registrar la velocidad promedio con solo 2 cargas) o el uso de un MVT general específico para el ejercicio [7]. Esta revisión concluye resaltando 8 factores que deben tenerse en cuenta al modelar relaciones Carga-Velocidad individualizadas para predecir el 1RM y establecer la relación resultante individualizada %1RM-velocidad. Se proporcionan recomendaciones para implementar los procedimientos de prueba con el menor tiempo y esfuerzo posible, maximizando al mismo tiempo la precisión.
Factor 1: Selección del ejercicio
Aunque la velocidad de levantamiento se puede registrar con alta y comparable confiabilidad contra cargas submáximas tanto en ejercicios de la parte superior como en ejercicios de la parte inferior del cuerpo [67-71], las relaciones Carga-Velocidad individualizadas han demostrado una precisión superior en la predicción del 1RM para ejercicios de la parte superior del cuerpo (por ejemplo, press de banca o tirón de banco) en comparación con ejercicios de la parte inferior del cuerpo (por ejemplo, sentadillas o peso muerto) [14, 72-75]. La variabilidad en la precisión de las predicciones del 1RM probablemente se debe a que el 1RM está influenciado no solo por las capacidades intrínsecas de los músculos para producir niveles máximos de fuerza, sino también por la técnica de levantamiento y factores psicológicos como la motivación y la tolerancia al malestar. Los ejercicios de la parte inferior del cuerpo suelen ser más exigentes desde el punto de vista técnico y físico, lo que podría explicar la menor precisión de las relaciones Carga-Velocidad individualizadas en la predicción del 1RM para estos ejercicios. Sin embargo, esperamos que al utilizar el MVT óptimo (como se discute en el factor 6), este problema pueda abordarse potencialmente. Es plausible que las personas con una mejor técnica de levantamiento y una mayor tolerancia al malestar durante los intentos de 1RM puedan beneficiarse al usar MVT más bajos en comparación con aquellas con una técnica de levantamiento deficiente o una mentalidad psicológica diferente.
Factor 2 – Tipo de variable de velocidad
El uso de la velocidad media, que representa la velocidad promedio durante toda la fase concéntrica, generalmente se prefiere al modelar la relación L-V individualizada en comparación con otras variables de velocidad como la velocidad propulsiva media (velocidad promedio desde el inicio de la fase concéntrica hasta que la aceleración cae por debajo de -9.81 m/s²) o la velocidad máxima (velocidad instantánea máxima alcanzada durante la fase concéntrica). Esta preferencia se justifica por la mayor linealidad observada en la relación L-V y la mayor fiabilidad entre días de las velocidades medias correspondientes a diferentes %1RMs [14, 20, 57]. Los levantamientos olímpicos pueden ser una excepción para los cuales la velocidad máxima podría ser más apropiada [76].
Factor 3 – Modelo de regresión
Se recomienda el modelo de regresión lineal simple sobre los modelos de regresión curvilínea, como la regresión polinómica de segundo orden comúnmente utilizada, debido a su precisión y confiabilidad superiores para estimar el 1RM y las velocidades asociadas con diferentes cargas relativas [56, 75]. Vale la pena señalar que algunos estudios han favorecido el modelo de regresión polinómica de segundo orden debido a su mejor ajuste a los datos experimentales (es decir, mayores valores de r2) [19, 22]. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un valor de r2 más alto no garantiza necesariamente una mayor confiabilidad y precisión en la obtención de los resultados finales de las relaciones L-V individualizadas.
Factor 4 – Número de cargas
Se espera obtener la misma línea de regresión (es decir, intercepto y pendiente) y sus resultados derivados (por ejemplo, carga correspondiente al MVT) cuando se recopilan dos variables relacionadas linealmente, como la carga (kg o %1RM) y la velocidad, bajo dos (método de dos puntos) o más de dos (método de múltiples puntos) condiciones de carga [77]. Existen pruebas convincentes que muestran que la relación L-V individualizada modelada mediante el método de dos puntos, siempre que la carga más pesada sea la misma para ambos métodos, puede proporcionar una predicción del 1RM igualmente válida que el método de múltiples puntos [14, 74, 75, 78, 79]. Por lo tanto, el método de dos puntos tiene el potencial de simplificar (ahorrar tiempo y reducir la fatiga) los procedimientos de prueba. Debe señalarse que una revisión sistemática reciente ha recomendado maximizar el número de cargas para mejorar la confiabilidad y validez de las predicciones del 1RM a partir de las relaciones L-V individualizadas [80]. Sin embargo, esta recomendación puede estar sesgada, ya que la carga más pesada generalmente estaba más cerca del 1RM para los modelos que utilizaban más cargas.
Factor 5 – Ubicación de los puntos experimentales en la relación L-V
La precisión de la relación L-V en la estimación del 1RM disminuye a medida que aumenta la distancia desde el punto experimental correspondiente a la carga más pesada hasta el MVT representado por el 1RM [9, 72, 73, 81, 82]. Al utilizar la relación L-V individualizada para estimar el 1RM, es crucial tener un punto experimental (carga más pesada) cerca del MVT (diferencia de velocidad media < 0.30 m/s), mientras que otro punto experimental (carga más ligera) debe permitir una velocidad media 0.40-0.60 m/s más rápida que la carga más pesada [81]. La diferencia de 0.40-0.60 m/s asegura una pendiente consistente en la relación L-V [77], evitando cargas excesivamente ligeras (< 40%1RM) que pueden producir resultados de velocidad menos confiables [70]. Se pueden considerar cargas intermedias entre los dos puntos experimentales más distantes, pero no se espera que influyan significativamente en el valor predicho del 1RM [77].
Factor 6 – Umbral de velocidad mínima (MVT)
El MVT tradicionalmente representa la velocidad concéntrica media alcanzada durante la prueba de 1RM o la última repetición exitosa de una serie realizada hasta el fallo [83]. El MVT es específico para cada ejercicio [7, 84]. Aunque se ha argumentado que los ejercicios de la parte inferior del cuerpo pueden producir MVTs más altos en comparación con los ejercicios de la parte superior del cuerpo debido a un mayor rango de movimiento [16], se han informado variaciones significativas en los MVTs para ejercicios con rangos de movimiento similares, como el press de banca (MVT = 0.17 m/s) y el pull de banca (MVT = 0.50 m/s). En este sentido, es plausible que los ejercicios que permiten completar una mayor distancia de levantamiento antes de llegar a la región de estancamiento puedan mostrar valores de MVT más altos.
Cuando se predice el 1RM a través de la relación L-V individualizada, los investigadores han utilizado el mismo MVT específico para el ejercicio para todos los sujetos (MVT general) o la velocidad media individual alcanzada durante la prueba de 1RM o la última repetición de una serie hasta el fallo (MVT individual) [9, 72-75, 85]. El MVT individual ha demostrado baja confiabilidad [36, 72, 73, 83], mientras que la variabilidad entre sujetos y dentro de los sujetos del MVT individual se ha encontrado que es comparable [56]. Además, los estudios que comparan la precisión de la estimación del 1RM entre los MVT individuales y generales no han mostrado diferencias significativas [74, 75, 85]. Como resultado, se ha recomendado el MVT general sobre el MVT individual, ya que elimina la necesidad de pruebas máximas. Sin embargo, evidencia sólida, especialmente para ejercicios de la parte inferior del cuerpo como la sentadilla o el levantamiento muerto, indica que tanto los MVT generales como los individuales pueden sobreestimar o subestimar significativamente el 1RM [72, 73, 86]. El MVT óptimo (MVT que minimiza las diferencias entre el 1RM real y el predicho cuando ambos se obtienen en la misma prueba) se ha propuesto recientemente para mejorar aún más la precisión de la estimación del 1RM [81]. El uso del MVT óptimo en sesiones posteriores puede mejorar la precisión de la estimación del 1RM en comparación con los MVT generales e individuales. La superioridad del MVT óptimo ya se ha demostrado para predecir el 1RM en el press de banca en máquina Smith [81], pero se necesitan más estudios para confirmar sus posibles ventajas para otros ejercicios de entrenamiento de resistencia.
Factor 7 – Proporcionar retroalimentación de velocidad
Se debe proporcionar retroalimentación aumentada de la velocidad de levantamiento inmediatamente después de realizar cada repetición para aumentar la motivación de los sujetos, optimizar el rendimiento mecánico y maximizar la consistencia de los datos [87, 88]. La provisión de retroalimentación de velocidad se ha demostrado como una estrategia eficaz para aumentar la precisión de la relación L-V individualizada en la estimación del 1RM en el press de banca con pesas libres [88].
Factor 8 – Dispositivo de control de velocidad
Los transductores de posición lineal son ampliamente reconocidos como la tecnología de referencia para implementar las diferentes aplicaciones de VBT [8]. Cabe destacar que diferentes estudios han revelado sesgos sistemáticos en los valores de velocidad media en varios transductores de posición lineal [49-53]. Sin embargo, el único estudio que comparó directamente la precisión de las relaciones L-V individualizadas para estimar el 1RM entre diferentes marcas de transductores de posición lineal encontró niveles similares de precisión en todos los dispositivos [79]. Esto sugiere que cualquier dispositivo capaz de proporcionar salidas de velocidad media con alta confiabilidad y validez puede utilizarse con confianza para estimar el 1RM utilizando la relación L-V individualizada.
Conclusiones
El 1RM es un parámetro crucial tanto para fines de entrenamiento como de evaluación. Su evaluación no solo informa sobre las prescripciones de carga adecuadas para un entrenamiento efectivo, sino que también sirve como una herramienta valiosa para evaluar el progreso, establecer metas y establecer puntos de referencia en diversos contextos atléticos e investigadores. Sin embargo, la evaluación directa del 1RM es física, técnica y psicológicamente exigente, lo que puede llevar a algunos entrenadores a descartar el 1RM como referencia para la individualización de las cargas de entrenamiento a pesar de su indiscutible valor. Una solución potencial que ha ganado popularidad en las últimas dos décadas implica estimar las cargas relativas (1RM o %1RM) registrando la velocidad de levantamiento contra cargas submáximas. Se han propuesto tres métodos diferentes para prescribir cargas que coincidan con intensidades específicas de RT (%1RM) basadas en el monitoreo de la velocidad de levantamiento: (i) zonas de velocidad, (ii) relaciones L-V generalizadas y (iii) relaciones L-V individualizadas. Las relaciones L-V individualizadas son ampliamente consideradas como superiores debido a la naturaleza específica de las relaciones %1RM-velocidad, que están influenciadas por factores como el tipo de ejercicio, la variante del ejercicio, el sexo, la edad, el dispositivo de control de velocidad, el equipo utilizado, las características del sujeto y la historia de entrenamiento reciente del individuo. Deben considerarse varios factores para simplificar los procedimientos de prueba manteniendo una alta precisión al utilizar la relación L-V individualizada para predecir el 1RM y establecer la consiguiente relación %1RM-velocidad individualizada. Estos factores incluyen la selección de ejercicios, el tipo de variable de velocidad, el modelo de regresión, el número de cargas, la ubicación de los puntos experimentales en la relación L-V, el MVT, la provisión de retroalimentación de velocidad y el dispositivo de monitoreo de velocidad.
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