El HIIT ha mostrado su eficacia en la mejora de la potencia aeróbica máxima en multitud de estudios, pudiendo afirmar que esa adaptación es unánime. No ocurre lo mismo con los resultados del HIIT sobre la composición corporal, dependiendo seguramente de si se asocia o no a regímenes dietéticos, y al propio carácter o protocolo del HIIT. En cualquier caso y a nivel estratégico de adherencia el HIIT sigue mostrando una prioridad de elección para aquellas personas que desean disminuir la grasa corporal. Mi opinión es que al HIIT debería añadirse un entrenamiento de fuerza específico para aumentar el gasto metabólico basal y el estatus funcional muscular que tanto se relaciona con la salud
HIIT y composición corporal
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