El estrés es una preocupación profunda para la salud pública y un mecanismo importante en el deterioro de la salud. Está bien establecido que experimentar eventos estresantes en la vida y reportar un mayor estrés percibido durante períodos sostenidos de tiempo se asocia con una peor salud mental y física.
Un mecanismo clave que regula cómo el entorno afecta el proceso de estrés es la hormona del estrés, el cortisol. El cortisol es un producto del sistema hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), que desempeña un papel esencial en la regulación de los sistemas biológicos del cuerpo, desde el metabolismo hasta el sistema inmunológico. La desregulación del eje HPA está bien documentada como relacionada con resultados de salud negativos: la sobreactivación crónica del eje HPA debido a la exposición a estrés agudo o eventos estresantes puede llevar a una carga alostática. Más recientemente, se ha conceptualizado la sobrecarga alostática como una referencia a los impactos perjudiciales del estrés en los sistemas biológicos del cuerpo cuando los mediadores del estrés, como el cortisol, se liberan en respuesta al estrés en el entorno de una persona, pero su uso excesivo y prolongado, así como la desregulación, conducen a daño en los tejidos. En conjunto, el estrés y, en parte, el cortisol, afectan el funcionamiento psicológico y físico del cuerpo; posteriormente, están implicados en los resultados de salud mental y física, lo que sugiere que la regulación del cortisol desempeña un papel mediador clave en la relación entre la exposición al estrés y el estado de salud.
Tanto las respuestas bajas como altas de cortisol al estrés pueden estar asociadas con resultados de salud deficientes; la investigación ha sugerido que aumentos menores o una respuesta atenuada de cortisol al estrés pueden ser indicativos de un estado de salud actual deficiente o de riesgos para la salud en el futuro. Se ha demostrado que una reactividad al estrés más baja del cortisol se asocia con el riesgo de obesidad y con síntomas de depresión y ansiedad. En otra investigación se encontró que las personas que previamente habían intentado suicidarse mostraban niveles bajos de cortisol en respuesta a un estresor agudo en comparación con participantes de control. Por otro lado, existe literatura en la que las respuestas elevadas de cortisol se asocian con resultados de salud deficientes. Una respuesta elevada de cortisol a un estresor aumenta las probabilidades de experimentar hipertensión y la progresión hacia la calcificación de las arterias coronarias. En conjunto, la evidencia apunta a que tanto las respuestas elevadas como atenuadas de cortisol están asociadas con resultados de salud deficientes en el futuro.
Las intervenciones para el manejo del estrés pueden influir positivamente en los niveles de cortisol. Se ha observado que las intervenciones de mindfulness y relajación son las más efectivas en el manejo del estrés.
Effectiveness of stress management interventions to change cortisol levels: a systematic review and meta-analysis. 2023. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0306453023003931?via%3Dihub