Os comentamos un reciente artículo del profesor Jeukendrup A.
El glucógeno es esencial para el rendimiento en ejercicios de alta intensidad. Una revisión concluyó que una concentración elevada de glucógeno puede mejorar el rendimiento en un 2-3% y la capacidad de resistencia en un 15-25%. Las concentraciones de glucógeno muscular pueden aumentar al consumir una dieta rica en carbohidratos.
Si modificamos la disponibilidad de sustratos (glucógeno) a través de la manipulación dietética, esto afectará la regulación del metabolismo durante el ejercicio de resistencia aeróbica. Especialmente, aumentar la concentración de glucógeno muscular también mejorará la velocidad con la que se descompone el glucógeno muscular en piruvato durante el ejercicio. La enzima responsable de la descomposición del glucógeno (fosforilasa) es más activa con concentraciones más altas de glucógeno.
El glucógeno muscular también parece ser un fuerte regulador de otra enzima clave en el metabolismo del glucógeno: la piruvato deshidrogenasa (PDH). Esta enzima descompone el piruvato en acetil-CoA y es un paso limitante en la oxidación de carbohidratos. De hecho, comenzar el ejercicio con un mayor contenido de glucógeno muscular resulta en un mayor aumento inducido por el ejercicio en la actividad de la PDH, y comenzar con un menor contenido de glucógeno lo reduce.
Entonces, ¿son necesarios los protocolos extremos de carga de glucógeno? Hay muy pocos estudios que hayan abordado directamente las diferencias entre un contenido de glucógeno muscular alto y muy alto. En un estudio de Melissa Arkinstall y col, se observó que la utilización de glucógeno era mayor durante el ejercicio al 45% del VO2max que se inició con un alto contenido de glucógeno en comparación con el ejercicio al 70% del VO2max que se inició con una concentración baja de glucógeno, a pesar de la mayor intensidad.
Entonces, ¿realmente hay una ventaja de un protocolo de carga de carbohidratos más extremo?
Otro aspecto que se ha planteado es la influencia del nivel de los depósitos de glucógeno muscular sobre la propia elaboración de la orden motora hacia los músculos implicados en el movimiento. Es posible que el feedback procedente de los músculos en relación al nivel de glucógeno condicione la orden motora, de manera que ésta no sería igual con depósitos al 50% que con depósitos de glucógeno al 90%. Esta argumentación también está en línea con los hallazgos de las investigaciones de M Arkinstall y col, antes comentados.
En mi opinión, para actividades de competición de resistencia aeróbica de más de 60 min (aprox), lo ideal para preservar el rendimiento es salir a competir con los depósitos de glucógeno al 100%.