Entrenamiento de fuerza y suplementación con proteínas en personas de edad avanzada

Las adaptaciones fisiológicas obtenidas por medio del entrenamiento de fuerza en personas de edad avanzada no están bien clarificadas. En lo que si hay bastante consenso es en considerar al entrenamiento de fuerza como la opción preferente en la modalidad de ejercicio a realizar. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Aas y col, 2019; Aging Clin Exp Res 10-jun; doi:  10.1007/s40520-019-01234-2) cuyo objetivo fue valorar las adaptaciones asociadas al entrenamiento de fuerza acompañado de una suplementación con proteínas, sobre la ganancia de masa muscular y fuerza en personas de edad avanzada. Participaron 22 personas con movilidad reducida (hombres y mujeres de 85±6 años), que fueron asignados aleatorimente a un grupo que realizó 30 min de entrenamiento de fuerza con altas cargas, 3 veces a la semana, con una suplementación diaria de proteínas, durante 10 semanas (ST), o bien a un grupo control. Se valoró la masa muscular de miembros inferiores, masa libre de grasa, fuerza isométrica y dinámica, momento de fuerza y capacidad funcional. Los resultados mostraron que la masa libre de grasa de miembros inferiores aumentó en ST, con un aumento del espesor muscular de vasto lateral (4.4 ± 3.2%), recto femoral (6.7 ± 5.1%) y vasto intermedio (5.8 ± 5.9%). La hipertrofia se acompañó de aumento de la fuerza de extensores de rodilla (20-23%) y capacidad funcional (7-11%). En ST, ni los cambios en la masa libre de grasa, ni el espesor muscular se correlacionaron con cambios en la fuerza muscular. Sin embargo, se observó una cerrada correlación entre el cambio de la fuerza isométrica y la velocidad de marcha. Los autores sugieren que la falta de relación entre la ganancia de masa muscular y la fuerza muestra que las adaptaciones ligadas a la calidad muscular contribuyen al aumento de la fuerza. Por otra parte, parece claro que el aumento de la fuerza mejora la capacidad funcional, lo que refuerza la opción prioritaria del entrenamiento de fuerza en esta población.

La evidencia científica vinculada a la idoneidad de aplicar entrenamiento de fuerza en personas de edad avanzada es muy sólida. Dicho lo cual, ahora se debe saber entrenar a personas de edad avanzada. Al igual que en los niños, son poblaciones susceptibles que requieren en los entrenadores alto nivel de especialización. No vale imitar el entrenamiento de un adulto con algunas pinceladas de disimulo, no, el entrenador ha de ser un verdadero especialista en entrenamiento de personas de edad avanzada, que entre otras características será con toda seguridad polimórbido y polimedicado.

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