Entrenamiento de fuerza controlado por la velocidad de ejecución

Desde hace ya algunos años, el entrenamiento de fuerza puede ser controlado mediante la monitorización de la velocidad de ejecución de los diferentes ejercicios, de manera que ante un descenso de la velocidad los entrenadores pueden optar por dar por terminadas las repeticiones de una serie. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Galiano y col, 2020; J Strength Cond Res 3-ene; doi: 10.1519/ JSC.0000000000003487) cuyo objetivo fue analizar los efectos de 2 entrenamientos de fuerza basado en la velocidad (VBT), utilizando la misma carga relativa pero diferente límite de pérdida de velocidad (VL) a lo largo de la serie: 5% (VL5) vs 20% (VL20). Veintiocho sujetos físicamente activos de edad media de 23 años fueron asignados aleatoriamente a uno de los siguientes grupos: VL5 ó VL20. Los sujetos realizaron 14 sesiones de entrenamiento (7 semanas) utilizando el ejercicio de sentadillas mientras era monitorizada la velocidad de ejecución. Antes y después del periodo de entrenamiento se valoraron 1RM, velocidad media en cargas absolutas, velocidad media de las cargas que fueron movidas más rápido que 1 m/s (AV>1), velocidad media de las cargas que fueron movidas más lento de 1 m/s (AV<1), salto contramovimiento (CMJ) y tiempo de esprint de 20 m corriendo (T20). Los resultados mostraron que el grupo VL5 realizó solo el 32,6% del total de repeticiones realizadas por el grupo VL20 (156.9 ± 25.0 vs. 480.5 ± 162.0 rep). Ambos grupos mejoraron significativamente todas las medidas sin diferencias entre ellos. Por lo tanto, una baja pérdida de velocidad (5%) intraserie induce similares ganancias en fuerza, salto y rendimiento de esprint que una pérdida de velocidad del 20%, a pesar de que en el primer caso los sujetos solo realizaron el 32,6% de las repeticiones alcanzadas en el grupo VL20.

Los resultados de este estudio son interesantes, aunque siempre hay que resaltar el perfil de los sujetos a los que se aplica y que no necesariamente pueden ser transferibles a personas entrenadas o muy entrenadas en fuerza. No obstante, los resultados mantienen el debate sobre los perfiles de entrenamiento de fuerza más idóneos para según que objetivo sea el prioritario. Es cierto que esto es más importante para personas de un cierto nivel de entrenamiento, pero incluso en personas no tan entrenadas, si realizando un 32% de menos entrenamiento se consiguen resultados similares, ello puede contribuir a la adherencia a los programas.

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