Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Lopez y col, 2022; J Gerontol A Biol Sci Med Sci 15-nov; doi: 10.1093/gerona/glac230) cuyo objetivo fue examinar la efectividad de diferentes modos de velocidad de ejercicio de fuerza en la velocidad de marcha rápida, time up and go, test de cinco veces sentarse y levantarse, 30 segundos levantarse y sentarse, y test de marcha de 6 min en adultos mayores. También se analizaron potencia y fuerza muscular.
Métodos: Los ensayos aleatorios elegibles examinaron los efectos del ejercicio de fuerza tradicional o de alta velocidad supervisado en adultos mayores (es decir, ≥ 60 años). Se incluyeron (n= 3575).
Los resultados mostraron que el ejercicio de fuerza de alta velocidad fue el más eficaz para mejorar la velocidad de la marcha rápida, time up and go y cinco veces sentado y de pie, mientras que el ejercicio de fuerza tradicional fue el más eficaz para sentarse y levantarse durante 30 segundos y la caminata de 6 minutos.
Este estudio proporciona evidencia de que los efectos de la velocidad del ejercicio de fuerza son específicos en los adultos mayores, como lo demuestra la dependencia en las pruebas de función física. Sugerimos que la prescripción basada en la velocidad de contracción se individualice para abordar las necesidades funcionales específicas de los participantes.
El entrenamiento de fuerza en personas de edad avanzada no debe estar predeterminado en la modalidad a aplicar. Solo una valoración de la capacidad funcional previa y la historia clínica, mostrarán las necesidades específicas de cada persona. Entrenamientos a alta velocidad, con cargas elevadas, funcionales o de resistencia, son algunas posibilidades a tener en cuenta en cada perfil. Igualmente, los grupos musculares objetivo serán individualizados en cada caso. En definitiva, si conoces la receta, pero no tienes el conocimiento, no deberías aventurarte a entrenar a una persona de edad avanzada, que seguro tiene sus condicionantes físicos, fisiológicos y de patologías subyacentes