Efectos del ejercicio sobre la calidad del sueño y el insomnio

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Xie y col, 2021; Front Psychiatry 7-jun; doi: 10.3389/fpsyt.2021.664499) cuyo objetivo fue evaluar los efectos de diferentes ejercicios, durante un periodo de al menos 2 meses, sobre la calidad del sueño en adultos. Las intervenciones de ejercicio variadas incluían ejercicio físico tradicional (por ejemplo, caminar ó montar en bicicleta) y ejercicio de cuerpo y mente caracterizado por ejercicio suave con coordinación del cuerpo (por ejemplo, yoga).

Métodos: Los resultados autoinformados incluyeron diversas escalas de calificación del índice de calidad del sueño de Pittsburgh (PSQI), el índice de gravedad del insomnio (ISI) y la escala de somnolencia de Epworth (ESS). Se realizaron metanálisis de subgrupos según el tipo de ejercicio, la duración de la intervención y la edad y el sexo de los participantes. Se incluyeron en el análisis veintidós ensayos controlados aleatorios

Los resultados mostraron que las intervenciones con ejercicio mejoraron significativamente la calidad del sueño en adultos en comparación con las intervenciones de control.  Los análisis de subgrupos de las puntuaciones del PSQI mostraron que tanto las intervenciones de ejercicio físico como las mente y cuerpo produjeron mejoras en el sueño subjetivo en la misma medida. Curiosamente, las intervenciones a corto plazo (≤3 meses) tuvieron una reducción significativamente mayor en los trastornos del sueño en comparación con las intervenciones a largo plazo (>3 meses). Con respecto al sueño fisiológico, se encontraron pocos efectos significativos en varios parámetros del sueño, excepto el aumento de la eficiencia del sueño en el grupo de ejercicio frente al grupo de control.

Los autores concluyeron que el ejercicio físico regular, así como el ejercicio de mente y cuerpo, mejoraron principalmente la calidad subjetiva del sueño en lugar de la calidad fisiológica del sueño en adultos. Específicamente, la calidad del sueño autoinformada, la gravedad del insomnio y la somnolencia diurna pueden mejorarse mediante el ejercicio.

Muchos deportistas, y gran parte de la población no deportista, infravalora la importancia de una buena calidad y cantidad de sueño. Específicamente para los deportistas es fundamental para asegurar una adecuada recuperación física, por lo que ha de monitorizarse y en su caso intervenir cuando el sueño no es de calidad de manera regular. Es importante la utilización de sistemas de evaluación objetivos y fiables para en base a los resultados poder trazar un programa de intervención en aquellos deportistas que por distintas causas no logran un sueño reparador de manera habitual.

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