Efectos de una estrategia combinada de enfriamiento interna y externa sobre la respuesta fisiológica y rendimiento en calor

Aunque numerosos estudios han mostrado los beneficios de las estrategias de enfriamiento para reducir el estrés térmico y mejorar el rendimiento en ambiente caluroso, pocos estudios han investigado los efectos de combinar enfriamiento interno y externo.

Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Nakamura y col, 2020; J Therm Biol 89: 102530; doi: 10.1016/j.jtherbio.2020.102530) cuyo objetivo fue examinar el impacto de una estrategia combinada de enfriamiento consistente en la inmersión en agua fría de antebrazo y la ingesta de hielo, sobre la respuesta fisiológica y rendimiento en calor. Participaron 8 sujetos no aclimatados. Después de alcanzar una temperatura rectal de 38,5° C por medio de un ejercicio en cicloergómetro en calor (35°C, 60% humedad relativa), los siguientes fueron asignados a una de las siguientes cuatro condiciones durante un periodo de 15 min: enfriamiento de antebrazo (W), ingesta de hielo -1°C (ICE), W+ICE (MIX) y no enfriamiento (CON). Después de la intervención, los participantes realizaron un test hasta el agotamiento en cicloergómetro al 75% VO2max (TTE).

Los resultados mostraron que la tasa de descenso de la temperatura rectal en MIX, fue más baja que en CON, desde el min 6 al final del periodo de intervención. Además, la temperatura media de la piel, la frecuencia cardiaca, y la percepción de estrés fisiológico se redujo en MIX y W, comparado con ICE y CON. Sine embargo, TTE fue más prolongado en ICE respecto a las otras intervenciones.

Los resultados sugieren la efectividad de la estrategia combinada de enfriamiento interno y externo para reducir el estrés fisiológico del ejercicio en calor.

El enfriamiento previo al ejercicio ha mostrado efectividad en ambiente caluroso, en la mejora del rendimiento. No hay definidos protocolos estables de la manera más eficaz de enfriar previo al ejercicio, pero la evidencia de su efectividad es muy alta. En cualquier caso, el enfriamiento no debería aplicarse a los músculos activos. El efecto combinado de enfriamiento externo (hielo, inmersión agua fría, chalecos, etc) e ingesta de líquidos muy fríos parece la opción de elección. Ahora cada modalidad deportiva deberá ajustar el protocolo ideal a la especialidad.

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