La realización de apneas como parte del entrenamiento de natación es una rutina más para los nadadores de competición. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Robertson y col, 2018; J Strength Cond Res 22-jun; doi: 10.1519/JSC.0000000000002711) cuyo objetivo fue establecer si una serie de 3 apneas antes de una prueba de 400 m libres podría afectar al rendimiento, en comparación a un calentamiento habitual o una combinación de ambos. Participaron 6 nadadores y 3 nadadoras de nivel regional/nacional que completaron un test de 400 m libres en 4 ocasiones con diferentes condiciones en orden aleatorio: sin calentamiento o apneas (CON), solo calentamiento (WU), solo apneas (AP) y calentamiento más apneas (WUAP). Los resultados mostraron que el rendimiento mejoró después de WUAP en comparación a CON y AP. No hubo diferencias entre WU y el resto de las condiciones. El volumen del bazo redujo después de las apneas hasta un máximo de un 45% en WUAP y aproximadamente un 25% en WU, en comparación a los niveles basales. Este estudio demostró que la combinación de apneas más calentamiento podría mejorar el rendimiento en 400 m libres en natación en comparación a condiciones control o la realización solo de apnea.
La apnea se asocia a respuestas cardiovasculares, bradicardia y vasoconstricción periférica, con el objetivo de reducir el VO2 y provocar una redistribución sanguínea preferencial hacia corazón, pulmones y cerebro. La mioglobina contribuye de manera notable a mantener los niveles de oxígeno, y los hematíes expulsados a la circulación mediante la contracción del bazo durante la hipoxia ayudan también a mantener el metabolismo aeróbico. La realización de apneas como parte el entrenamiento permite como adaptación mejorar la disponibilidad de oxígeno, reduciendo la acidosis, el estrés oxidativo y la tasa metabólica basal, factores que contribuyen a la mejora del rendimiento.