Efectos de la “mascara de restricción de aire” sobre las respuestas fisiológicas al ejercicio

La “mascara de restricción de flujo” o “máscara de hipoxia” ha sido bien aceptada en muchos ámbitos del deporte, si bien sus efectos reales sobre las adaptaciones fisiológicas asociada están muy cuestionados. Recientemente se han publicado los resultados de una investigación (Barbieri y col, 2020; PLoS One 15(8):e0237010; doi: 10.1371/journal.pone.0237010) cuyo objetivo fue analizar las respuestas fisiológicas asociadas a la utilización de la máscara de entrenamiento (“Elevation training mask, 2.0”)(ARM) durante ejercicio continuo en bicicleta. Participaron 18 personas que fueron asignadas aleatoriamente a dos protocolos de intervención: ejercicio continuo con máscara (CE-ARM) y ejercicio continuo sin máscara (CE). El ejercicio consistió en pedalear durante 20 min al 60% Wmax. Se obtuvieron muestras de sangre para la valoración de variables metabólicas, lactato y gases sanguíneos, antes y después del ejercicio. También se obtuvieron datos del intercambio gaseoso y de la actividad mioeléctrica del cuádriceps en reposo y durante el test. Los resultados no mostraron reducción de la saturación de oxígeno en CE-ARM, alcanzando un pH más bajo, un dióxido de carbono más alto y un mayor hematocrito. La condición CE-ARM se asoció a mayor VO2 y VCO2. La condición CE-ARM también presentó menor ventilación, frecuencia respiratoria y presión espirada de oxígeno. No se observaron cambios en la respuesta electromiográfica, ni en los niveles de lactato. Los autores concluyeron que la utilización de la máscara de entrenamiento no induce hipoxia pero afecta al equilibrio ácido base, sugiriendo que su utilización puede ser adecuada para el entrenamiento de los músculos respiratorios.

El entrenamiento de los músculos respiratorios ha mostrado sus efectos beneficiosos sobre el rendimiento físico. La máscara de entrenamiento se divulgó en el ámbito del deporte como un medio de simular el entrenamiento en altitud, pero las investigaciones realizadas no han podido aportar evidencia de que ello se produzca en realidad. Más bien, la máscara de entrenamiento es un sistema para aumentar el trabajo respiratorio durante el ejercicio, algo que debe repercutir en la respuesta fisiológica muscular global y con ello, quizás, en adaptaciones diferentes. En mi opinión es un sistema que puede, por un lado, aportar adaptaciones adicionales al entrenamiento de los músculos respiratorios en estático, y por otro, generar unas condiciones que provoque un mayor estrés fisiológico para cargas de trabajo iguales.  

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