Efectos de la dieta paleolítica sobre la salud y el rendimiento en atletas

La popularidad de la dieta paleolítica ha aumentado en los últimos años. La nutrición paleolítica se basa en los principios de la biología evolutiva con el foco dirigido a la baja o moderada disponibilidad de carbohidratos para los cazadores-recolectores. No hay evidencia consistente en la historia de lo que comían los homínidos del Paleolítico. Hay algunos estudios apoyando una alta ingesta de alimentos procedentes de animales en la dieta paleolítica, y evidencia de que los homínidos del Paleolítico comían alimentos vegetales. Parece difícil imaginar una dieta que cubra todo el período desde hace 2.6 millones hasta 10,000 años (cuando los humanos comenzaron a cultivar plantas (predominantemente cereales) y domesticar animales) con personas viviendo en una amplia gama de climas y regiones geográficas. El perfil genético ha evolucionado para manejar los alimentos en la dieta moderna, en contra de la suposición de que el ser humano moderno no está adaptado evolutivamente a la nutrición contemporánea, lo que puede resultar en una alta incidencia de enfermedades).

Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Fraczek y col, 2021; Nutrients 13: 1019; doi: 10.3390/nu13031019) cuyo objetivo fue revisar el impacto de una dieta paleolítica (DP) sobre indicadores de salud seleccionados (composición corporal, perfil lipídico, presión arterial y metabolismo de carbohidratos) a corto y largo plazo de la intervención nutricional en pacientes sanos y con alguna patología.

Selección de estudios. Se realizó una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios de 21 estudios realizados con seres humanos.

Los resultados mostraron que tanto la EP como una variedad de dietas saludables (dietas de control (DC)) provocaron una reducción de los parámetros antropométricos, tanto a corto como a largo plazo. Para muchos indicadores, como el peso (masa corporal (BM)), el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura (CC), el impacto fue más fuerte y se encontró especialmente en el corto plazo. Todas las dietas causaron una disminución en el colesterol total (CT), el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C) y los triglicéridos (TG), aunque el impacto de la EP fue más fuerte. Entre los estudios a largo plazo, solo la EP mostró una disminución en el CT y el LDL-C. El impacto sobre la presión arterial se observó principalmente a corto plazo. La EP provocó una disminución de la glucosa plasmática en ayunas, la insulina y de la resistencia a la insulina (HOMA-IR), así como de la hemoglobina glucosilada (HbA1c) a corto plazo, a diferencia de la EC. A largo plazo, solo la EP provocó una disminución de la glucosa en ayunas y de la insulina. Se observó un menor impacto positivo de la EP en el grupo que no hacía ejercicio.

Los autores concluyeron evidenciando los efectos positivos de la dieta paleolítica sobre la salud, pero la escasez de investigación en atletas no permite conocer la posible influencia sobre el rendimiento deportivo.

La inmensa mayoría de los estudios muestran efectos positivos de la dieta paleolítica sobre la salud. Al tiempo, también se demuestra que las dietas saludables convencionales se asocian igualmente a mejoras de los indicadores principales de salud. En el ámbito del rendimiento deportivo, no hay suficientes datos para asegurar si la dieta paleolítica repercute positiva o negativamente en atletas. Hay testimonios y estudios realizados con deportistas aficionados, pero todos sabemos la diferencia abismal entre el deporte aficionado y el de elite. Así pues, debemos seguir investigando para dar una respuesta científica a los miles de deportistas aficionados que consumen dieta paleolítica, más allá de los testimonios personales que nos ofrecen

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