Volumen de entrenamiento de fuerza en mujeres no entrenadas

fuerza en aguaEl entrenamiento de fuerza provoca adaptaciones neurales y estructurales de manera bastante rápida. La aplicación de protocolos para personas que inician entrenamientos desde hábitos sedentarios no está bien definida y con frecuencia se aplican protocolos estándar de sujetos en proceso de entrenamiento. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Schoenell y col, 2016; Int J Sports Med 10-jun) cuyo objetivo fue analizar las adaptaciones neuromusculares en mujeres jóvenes sedentarias asociadas a entrenamiento de fuerza en agua aplicando una o varias series de ejercicio. Las voluntarias se asignaron aleatoriamente a uno de los dos grupos constituidos: SS (única serie de 30 s) y MS (3 series de 30 segundos). Ambos grupos realizaron 2 sesiones por semana durante 10 semanas. Los resultados mostraron una mejora del 1RM sentadilla en ambos grupos (SS: 14,59%; MS: 14,86%), en 60% 1RM (SS:31,23%; MS: 37,37%), y capacidad de salto (SS: 9,1%; MS: 6,8%), sin diferencias entre grupos. Los autores sugieren que en mujeres jóvenes y de hábitos sedentarios el entrenamiento provocó significativas mejoras relacionadas con la fuerza independientemente del volumen de entrenamiento.

Probablemente los estímulos idóneos a aplicar inicialmente en personas sedentarias que se asoman al entrenamiento, sea cual sea la modalidad de este, sean menores de lo que habitualmente se recomienda. En ocasiones la voluntad de avanzar rápidamente en las mejoras conseguidas puede llevar a aplicar cargas de entrenamiento (volumen, intensidad, frecuencia…) inadecuadas para personas sin ningún hábito de ejercicio. Reflexionemos sobre ello.

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