Fatiga en esfuerzo máximo y oxigenación cerebral

cerebroLa fatiga en relación al ejercicio es un fenómeno generalmente multifactorial. A continuación, el Dr Rafael Sánchez de Torres-Peralta, investigador del equipo del Prof. José Antonio López Calbet de la Universidad de las Palmas, principal referente de los investigadores españoles en Fisiología del Ejercicio, nos expone un resumen de sus recientes investigaciones, que de alguna manera dan un vuelco a los argumentos tradicionales de justificar la fatiga o cese de ejercicio en actividades de máxima intensidad en un entorno aeróbico.

La fatiga humana se manifiesta tanto en la imposibilidad de generar una potencia máxima debida al ejercicio como en el aumento del esfuerzo necesario para mantener una potencia submáxima y puede ser causada por mecanismos neurales, de transmisión de la señal o musculares. El ejercicio en condiciones de baja oxigenación permite generar menos trabajo que en normoxia y esto ha sugerido un posible papel de la oxigenación cerebral en estos procesos. Para comprobar si la oxigenación cerebral es el factor determinante en el cese del esfuerzo en una prueba incremental hasta el agotamiento 11 varones jóvenes sanos realizaron diez ejercicios incrementales hasta la fatiga, la mitad de ellos con sprints previos y posteriores, en distintas condiciones de oxigenación desde la hipoxia severa aguda de un campamento base en el Everest hasta la normoxia a nivel del mar, mientras se medían variables respiratorias, de potencia instantánea, de activación muscular, de flujo sanguíneo cerebral y de oxigenación de la corteza cerebral y de la musculatura de la pierna. Durante las recuperaciones entre el final de un esfuerzo incremental hasta el agotamiento y los sprints posteriores se ocluyó instantáneamente la circulación a los miembros inferiores para evitar la recuperación de los músculos. Para confirmar los mecanismos musculares se obtuvieron biopsias antes y después de ejercicios incrementales en las mismas condiciones. Entre las conclusiones del estudio, publicado en sus tres aspectos fundamentales en los artículos (Calbet et al., 2015; Morales-Alamo et al., 2015; Torres-Peralta et al., 2015) se encuentran las siguientes: la activación muscular es menor en hipoxia que en normoxia a la misma intensidad relativa (Torres-Peralta et al., 2014), y que la imposibilidad de continuar el ejercicio incremental hasta el agotamiento se debe a mecanismos centrales y no a la capacidad del músculo de responder a las órdenes del sistema nervioso. Por tanto, la decisión de detener el ejercicio incremental radica en el sistema nervioso donde la oxigenación del mismo juega un papel importante en la percepción del esfuerzo y en la capacidad de activación de los sistemas cardiorespiratorio y músculo-esquelético durante el ejercicio incremental.

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