Suplementación con espirulina y probióticos en futbolistas

El fútbol es uno de los deportes más exigentes física y mentalmente, donde el rendimiento depende de múltiples factores como la técnica, la táctica, la preparación física y la composición corporal. Esta última incide directamente en parámetros clave como la velocidad, la agilidad y la resistencia. Por ello, optimizar la composición corporal se ha convertido en una prioridad dentro del entrenamiento deportivo, y las estrategias nutricionales juegan un papel fundamental en este proceso.

Entre los suplementos más estudiados en deportistas se encuentran los probióticos y la espirulina, ambos con beneficios demostrados de forma individual. Los probióticos son microorganismos vivos que, al ser ingeridos, mejoran la microbiota intestinal al desplazar bacterias nocivas y favorecer el crecimiento de cepas beneficiosas. Estos efectos repercuten en una mejor absorción de nutrientes, metabolismo energético más eficiente, reducción de la inflamación sistémica y menor fatiga post-ejercicio. Asimismo, se ha observado que los probióticos pueden contribuir a una mejor adaptación al entrenamiento y favorecer la pérdida de grasa corporal, posiblemente gracias a una mayor eficiencia mitocondrial y reducción de lactato tras el esfuerzo.

Por su parte, la espirulina es una microalga rica en proteínas (51-70 % de su peso seco) y contiene numerosos compuestos bioactivos, vitaminas y minerales. Su consumo ha demostrado mejorar la composición corporal, aumentar la resistencia y la fuerza, y acelerar la recuperación tras el daño muscular inducido por el ejercicio, en gran parte gracias a su potente efecto antioxidante y antiinflamatorio. Sin embargo, su eficacia como fuente de proteínas ha sido cuestionada debido a su menor biodisponibilidad en comparación con proteínas animales.

Interesantemente, se ha comprobado que los probióticos pueden aumentar la absorción de aminoácidos procedentes de proteínas vegetales como la espirulina, lo que sugiere un posible efecto sinérgico. La combinación de ambos suplementos podría superar las limitaciones individuales, optimizando tanto la función intestinal como la muscular. No obstante, hasta el momento no se había estudiado el impacto conjunto de probióticos y espirulina en variables como la composición corporal, la fuerza y el rendimiento en futbolistas. Este estudio tiene como objetivo llenar ese vacío, explorando por primera vez los efectos combinados de estos suplementos en futbolistas competitivos.

Los resultados del estudio confirman que la suplementación combinada de probióticos y espirulina (PRO + SPI) tiene un efecto sinérgico superior en comparación con el uso individual o con placebo. En particular, esta combinación logró una reducción significativa del peso corporal y del peso graso, mejoras en la agilidad y un incremento notable en la fuerza isocinética de los músculos flexores de la rodilla.

En términos de composición corporal, la combinación PRO + SPI fue el único grupo que mostró una reducción significativa del peso corporal y del peso graso. Aunque el grupo SPI también redujo el porcentaje de grasa corporal, el efecto fue más modesto. Estos hallazgos coinciden con investigaciones previas que relacionan los probióticos con la mejora del metabolismo lipídico y con la espirulina como moduladora del tejido adiposo. El efecto superior del grupo combinado sugiere que los probióticos pudieron haber mejorado la digestión y absorción de los aminoácidos de la espirulina, lo que redundó en una mayor eficiencia metabólica.

En cuanto al rendimiento, los mayores beneficios se observaron en la agilidad. El grupo PRO + SPI mejoró de forma significativa respecto al grupo placebo y también al grupo con espirulina sola. Este resultado refuerza la hipótesis de una mejora neuromuscular y de coordinación motora derivada de un estado físico general más favorable. Por su parte, la velocidad de carrera (evaluada con el test Ronaldo Speed) no mostró diferencias significativas, lo que sugiere que el impacto de la suplementación es más evidente en tareas de agilidad y no tanto en sprints puros.

Respecto a las medidas de fuerza isocinética, los grupos SPI, PRO y PRO + SPI mostraron mejoras importantes, especialmente en la fuerza de los músculos flexores a velocidades de 60°/s y 180°/s. Este hallazgo destaca el posible papel antiinflamatorio y antioxidante de la espirulina en la prevención del daño muscular inducido por el ejercicio, combinado con la capacidad de los probióticos para mejorar la eficiencia del metabolismo muscular.

Curiosamente, aunque se esperaba que el grupo combinado mostrara los mayores beneficios también en todas las variables de fuerza, esto no se confirmó en todos los casos. En algunas métricas, como la fuerza extensora a 60°/s, fue el grupo SPI el que mostró mejoras significativas, sin diferencia clara con PRO + SPI. Esto podría explicarse por la alta variabilidad interindividual o por un umbral fisiológico alcanzado por los futbolistas en esa medida específica.

Otra observación interesante fue que la masa muscular no cambió significativamente en ninguno de los grupos, lo que sugiere que las mejoras en fuerza y rendimiento no se deben a hipertrofia, sino posiblemente a mejoras neuromusculares, cambios en la activación de unidades motoras o mejor recuperación muscular.

La evaluación de la fuerza isométrica (MVIC) también mostró mejoras notables en los grupos con probióticos y espirulina, especialmente a nivel de los músculos flexores. Estas ganancias podrían relacionarse con la mejor disponibilidad de aminoácidos para la síntesis proteica y con la reducción de marcadores inflamatorios.

En conjunto, los hallazgos apoyan la existencia de un eje intestino-músculo funcional en atletas, donde una microbiota saludable facilita no solo la digestión, sino también procesos clave para el rendimiento como la absorción de nutrientes, el control del estrés oxidativo y la regeneración muscular. El concepto de que la salud intestinal repercute directamente en la función muscular cobra fuerza con este estudio.

Desde una perspectiva práctica, la co-suplementación con probióticos y espirulina puede ser una estrategia segura, accesible y efectiva para optimizar el rendimiento y la composición corporal de futbolistas y posiblemente de otros atletas. Sin embargo, los autores advierten que estos resultados deben interpretarse con cautela, ya que el estudio se limitó a jugadores masculinos de una misma liga y país, por lo que se necesita replicar el diseño en otros contextos y con mujeres deportistas.

Además, la duración de la intervención (8 semanas) fue suficiente para detectar cambios relevantes, pero no permite inferir si los efectos se mantienen o aumentan a largo plazo. Sería interesante explorar el impacto crónico de esta estrategia, así como evaluar marcadores biológicos específicos relacionados con inflamación, microbiota y daño muscular.

Conclusión

Este estudio proporciona evidencia sólida de que la combinación de probióticos y espirulina genera beneficios superiores a los obtenidos por separado, especialmente en cuanto a composición corporal, agilidad y fuerza isocinética en futbolistas. La investigación respalda el uso conjunto de estos suplementos como una estrategia innovadora dentro del enfoque nutricional para el alto rendimiento, apoyando la idea de que cuidar la salud intestinal puede ser tan importante como el propio entrenamiento físico. Nuevas investigaciones deberían centrarse en expandir este conocimiento a otros grupos deportivos, analizar biomarcadores intestinales y musculares, y definir las dosis y duraciones óptimas de esta intervención sinérgica.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/05/From-Gut-to-Skeletal-Muscle.pdf

Referencia completa:

Pour AS, Hemmatinafar M, Jahromi MK, Daryanoosh F, Imanian B. From Gut to Skeletal Muscle: Synergistic Effects of Probiotics and Spirulina Supplementation on Soccer Players’ Performance and Body Composition. Probiotics Antimicrob Proteins. 2025 May 9. doi: 10.1007/s12602-025-10579-2.

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