Respuestas interindividuales a diferentes estímulos de ejercicio en mujeres con resistencia a la insulina

El ejercicio se ha mostrado muy eficaz en sus efectos sobre personas con resistencia a la insulina, siendo estos efectos uno de los más sobresalientes en el contexto del denominado ejercicio terapéutico. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Alvarez y col, 2018; Scand J Med Sci Sports 11-mayo; doi: 10.1111/sms.13213) cuyo objetivo fue las respuestas interindividuales entre mujeres con resistencia a la insulina respecto a diferentes modalidades de ejercicio: entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT), entrenamiento de fuerza (RT) y entrenamiento concurrente (CT). Un segundo objetivo fue valorar los cambios inducidos por el entrenamiento y la prevalencia de no respondedoras. Participaron 45 mujeres adultas con resistencia a la insulina que fueron asignadas aleatoriamente a uno de los siguientes cuatro grupos: HIIT, RT, CT o control (CG). La intervención se llevó a cabo durante 12 semanas, realizando distintas valoraciones de composición corporal, variables metabólicas y cardiovasculares, y rendimiento, al inicio y al final del periodo de intervención. Los resultados mostraron que, en conjunto, el menor número de no respondedoras se obtuvo en el grupo RT, seguido de CT y HIIT. Los distintos modelos de entrenamiento se asociaron a cambios en distintas variables relacionadas con la salud y el rendimiento (ej. glucemia e insulina en ayunas, HOMA-IR, composición corporal), pero los resultados sugieren que el entrenamiento de fuerza se asoció a una menor prevalencia de no respondedoras al ejercicio, lo que refuerza la indicación de esta modalidad de entrenamiento en relación con la salud.

El denominado genéricamente como entrenamiento de fuerza se está posicionando como la modalidad de ejercicio más vinculada a la salud. Entrenar fuerza conlleva una gran variedad de posibilidades, pero en cualquier caso el hecho de aumentar la resistencia a la acción muscular, más allá de la vinculada al entrenamiento aeróbico de moderada intensidad, provoca unas respuestas fisiológicas que, en caso de mantenerse en frecuencia de estímulo, devuelve adaptaciones estructurales y funcionales muy favorecedoras para la salud del individuo. Estoy convencido que el paradigma de ejercicio-salud vinculado al ejercicio aeróbico, dará paso abiertamente en los próximos años a su sustitución por el entrenamiento de fuerza.

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