Influencia de los partidos de fútbol nocturnos sobre el sueño de jugadores de elite

Con frecuencia los partidos de competición en fútbol se programan para última hora de la tarde o incluso por la noche, y no se ha evaluado bien el impacto que ello puede tener en la calidad y cantidad de sueño de los jugadores. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Nédélec y col, 2019; J Strength Cond Res 33: 174-179; doi: 10.1519/JSC.0000000000002906) cuyo objetivo fue examinar el impacto de los partidos nocturnos en el comportamiento del sueño / vigilia de los jugadores de fútbol de élite que participan en la UEFA Champions League y la Liga francesa de primera división. Se utilizó un método mixto, que combina la evaluación objetiva del sueño con monitores de actividad de la muñeca y una encuesta para determinar la valoración del sueño después de los partidos nocturnos (inicio después de las 18:00 horas). La mayoría de los jugadores (90%) indicaron que dormían peor en las noches después de los partidos de la noche que después de los días de entrenamiento. El tiempo objetivo en la cama (-01: 39 horas; tamaño del efecto [ES] = 1.7; p <0.001) y el tiempo total de sueño (-01: 32 horas; ES = 1.4; p <0.001) fueron menores después de los partidos nocturnos que después de los días de entrenamiento. Los partidos nocturnos tuvieron una marcada influencia en la cantidad de sueño más tarde esa noche, tanto objetivamente como subjetivamente. La encuesta reveló que los jugadores pueden no tener métodos apropiados para administrar mejor su sueño después de los partidos nocturnos. Aún no se ha determinado si los jugadores pueden beneficiarse de las intervenciones de sueño individualizadas en estas circunstancias.

Todos hemos asumido, al menos en el marco teórico, que el descanso es parte del entrenamiento. Cuando el descanso principal del día, es decir el sueño nocturno, no es apropiado, todas las respuestas fisiológicas al ejercicio se ven afectadas y como consecuencia de ello las adaptaciones producidas. Además, una falta de sueño se ha relacionado con una mayor incidencia de lesiones musculares. Por ello, en los deportistas de elite, y por extensión en los deportistas en general, se debería tener en cuenta la calidad y cantidad de sueño nocturno para acomodar las cargas de entrenamiento al día siguiente. Esto suena bien en el plano académico, pero me temo que en el terreno práctico los entrenadores y deportistas tienden a minimizar los efectos negativos de un mal descanso.

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