HIIT y presión arterial

Una mayor rigidez arterial y una presión arterial media de 24 h poco controlada son indicadores de mala salud cardiovascular. La evidencia a mostrado que el entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) puede ser una mejor alternativa que el entrenamiento continuo de moderada intensidad (MICT) en la mejora de los factores de riesgo cardiovascular, como el fitness cardiorrespiratorio y la función vascular. Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Way y col, 2019; J Sci Med Sport 22(4): 385-391; doi: 10.1016/j.jsams.2018.09.228) cuyo objetivo fue comparar HIIT vs MICT en los efectos sobre la rigidez arterial y presión arterial de 24 h. Los resultados mostraron que el HIIT fue superior al MICT en la reducción de la presión arterial diastólica nocturna. Hubo una tendencia no significativa de mayor efecto del HIIT sobre la reducción de la presión arterial sistólica y diastólica durante el día. No se observaron cambios en la rigidez arterial. Los autores concluyeron que el HIIT se asocia a reducciones superiores de la presión arterial diastólica nocturna, no observando efectos significativos sobre la presión arterial durante el día.

Los efectos beneficiosos del ejercicio sobre la presión arterial son evidentes; sin embargo, la capacidad de influencia sobre los valores de presión arterial en pacientes hipertensos es limitada. Difícilmente vamos a revertir una hipertensión arterial consolidada solo con el ejercicio físico, pero aún así bajo mi punto de vista es obligado introducir el ejercicio como parte del tratamiento en hipertensos, no solo por su mayor o menor contribución a normalizar los valores de presión arterial, sino también (y quizás más importante) sobre las adaptaciones asociadas a nivel cardiometabólico y vascular.

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