HIIT frente a ejercicio continuo en la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente a las neuronas dopaminérgicas en una región específica del cerebro llamada sustancia negra. Se caracteriza por síntomas motores como temblor en reposo, rigidez muscular, bradicinesia (lentitud de movimiento) e inestabilidad postural. Además, puede presentar síntomas no motores como trastornos del sueño, depresión y disfunción autonómica. La causa exacta de la enfermedad es desconocida, aunque se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales. No existe cura, pero los tratamientos actuales, que incluyen medicación y terapia física, pueden aliviar significativamente los síntomas y mejorar la calidad de vida.

El ejercicio se recomienda para mejorar la calidad de vida en pacientes con la enfermedad de Parkinson (EP); sin embargo, la prescripción óptima para mejorar la aptitud cardiorrespiratoria y los síntomas motores relacionados con la enfermedad sigue siendo desconocida.

Veintinueve participantes con EP fueron asignados aleatoriamente a 10 semanas de entrenamiento con intervalos de alta intensidad (HIIT) (n=15; 6 mujeres) o entrenamiento continuo de intensidad moderada (MICT) (n=14; 5 mujeres). El objetivo principal fue el cambio en el consumo máximo de oxígeno (VO2peak). Los resultados secundarios incluyeron cambios en la Parte III de la Escala Unificada de Calificación de la Enfermedad de Parkinson (UPDRS), la Escala de Fatiga de la Enfermedad de Parkinson (PFS-16), medidas cardiovasculares en reposo y durante el ejercicio, marcha, equilibrio, fuerza y fatigabilidad de los extensores de la rodilla.

El entrenamiento aumentó el VO2peak, con una diferencia clínicamente significativa en el cambio tras HIIT vs. MICT (∆3.7±3.7 vs. 1.7±3.2 ml/kg/min, P=0.099). La puntuación motora de la UPDRS mejoró (P<0.001) pero sin diferencias entre HIIT y MICT (∆-9.7±1.3 vs. -8.4±1.4, P=0.51). La fatiga subjetiva autoinformada (PFS-16) disminuyó (P<0.01) pero fue similar entre los grupos de HIIT y MICT (P=0.6). La marcha, el equilibrio, la presión arterial y la frecuencia cardíaca no cambiaron con el entrenamiento (todos P>0.09). La fuerza de los extensores de la rodilla aumentó (P=0.03) pero no difirió entre HIIT y MICT (∆8.2±5.9 vs. 11.7±6.2 Nm, P=0.69). Solo HIIT aumentó la resistencia muscular de los extensores de la rodilla durante una tarea isotónica hasta el fallo (P=0.04).

En conclusión, en pacientes con enfermedad de Parkinson, tanto HIIT como MICT aumentaron el VO2peak y condujeron a mejoras en los síntomas motores y la fatiga percibida; HIIT puede ofrecer el potencial para mayores cambios en el VO2peak y una menor fatigabilidad de los extensores de la rodilla.

Referencia completa:

Kathia MM, Duplea SG, Bommarito JC, Hinks A, Leake E, Shannon J, Pitman J, Khangura PK, Coates AM, Slysz JT, Katerberg C, McCarthy DG, Beedie T, Malcolm R, Witton LA, Connolly B, Burr JF, Vallis LA, Power GA, Millar PJ. High-Intensity Interval vs. Moderate-Intensity Continuous Training in Parkinson’s Disease: A Randomized Trial. J Appl Physiol (1985). 2024 Jul 15. doi: 10.1152/japplphysiol.00219.2024.

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