¿Existe el síndrome de deficiencia energética relativa en el deporte?

El concepto de deficiencia relativa de energía en el deporte (RED-S) fue propuesto por el Comité Olímpico Internacional (COI) en 2014, evolucionando de la “tríada en atletas femeninas”, un modelo anterior que describía los efectos negativos en la salud debido a la baja disponibilidad energética (LEA). La tríada en atletas femeninas se centraba en tres aspectos: trastornos alimentarios, amenorrea y baja densidad mineral ósea. RED-S amplió este enfoque, describiendo cómo la insuficiente ingesta calórica para cubrir las demandas energéticas de los atletas podría provocar una amplia gama de síntomas que van más allá de los mencionados en la tríada, incluyendo alteraciones inmunológicas, gastrointestinales, y cardiovasculares, entre otras.

Con el tiempo, RED-S ha sido adoptado ampliamente en la práctica deportiva y la comunidad científica, y se ha utilizado para diagnosticar a atletas basándose en la presencia de síntomas. Sin embargo, los autores de este artículo desafían este enfoque, argumentando que el diagnóstico de RED-S se ha vuelto excesivamente centrado en la energía como única causa de los síntomas. Se propone un enfoque más holístico que incluya múltiples factores que pueden influir en la salud y el rendimiento de los atletas, no solo la disponibilidad energética.

Deficiencia de energía y su medición

Un aspecto crítico del modelo RED-S es la medición de la disponibilidad energética (EA). Se define como la energía disponible para mantener funciones fisiológicas normales después de descontar la energía utilizada en el ejercicio. Tradicionalmente, se ha considerado que una EA inferior a 30 kcal/kg de masa magra corporal es problemática para la salud, mientras que niveles alrededor de 45 kcal/kg se consideran saludables. Sin embargo, los autores del artículo advierten que calcular la EA en la práctica es extremadamente difícil y los métodos utilizados carecen de precisión. Factores como la subestimación de la ingesta calórica en los diarios alimenticios y la variabilidad en la medición del gasto energético durante el ejercicio complican aún más la exactitud de estos cálculos.

Diagnóstico basado en síntomas y cuestionarios

El diagnóstico de RED-S se ha basado en gran medida en la evaluación de síntomas como la fatiga, la disminución del rendimiento y los trastornos menstruales en las mujeres. Diversas herramientas de evaluación, como cuestionarios, han sido desarrolladas para identificar a los atletas en riesgo de LEA, pero estos instrumentos suelen ser genéricos y no consideran la posibilidad de otras causas subyacentes a los mismos síntomas.

Modelo RED-S y evidencia científica

Aunque RED-S ha sido ampliamente discutido en la literatura científica, los autores destacan que gran parte de la evidencia es observacional y carece de ensayos clínicos controlados que demuestren causalidad directa entre la baja disponibilidad energética y los síntomas observados. Además, argumentan que muchos de los estudios se basan en poblaciones no atléticas o recreativamente activas, lo que limita la extrapolación de los resultados a atletas de élite.

Propuesta de un enfoque más holístico

Los autores proponen la adopción de un enfoque más integral para abordar la salud de los atletas, considerando que la baja disponibilidad energética es solo uno de muchos factores que pueden contribuir a los síntomas asociados con RED-S. Introducen la “Lista de Verificación de Salud y Preparación del Atleta” (AHaRC), una herramienta que incluye diversas áreas a evaluar, tales como la salud mental, el estrés, la calidad del sueño, la nutrición, y la presencia de posibles infecciones u otras condiciones clínicas subyacentes. Este enfoque multidimensional permite a los profesionales de la salud identificar de manera más precisa las causas de los síntomas presentados por los atletas y proporcionar un tratamiento adecuado.

Función Reproductiva

El modelo RED-S sugiere que la baja disponibilidad energética (LEA) afecta la función reproductiva tanto en mujeres como en hombres, aunque la evidencia es más clara en las mujeres. En mujeres, se ha observado que la LEA puede alterar el eje hipotálamo-pituitaria-gonadal (HPG), causando disfunciones menstruales, como amenorrea (ausencia de menstruación). Los estudios han demostrado que la LEA puede afectar negativamente la pulsación de la hormona luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH), ambas cruciales para el ciclo menstrual. Sin embargo, los autores destacan que otros factores, como el estrés psicológico, la mala calidad del sueño y trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión, también pueden contribuir a estas alteraciones.

En hombres, la evidencia es menos clara, pero se ha sugerido que la LEA puede afectar la testosterona, el deseo sexual y la calidad del esperma. No obstante, los estudios específicos sobre atletas masculinos son limitados, y algunos no han encontrado un impacto significativo de la LEA en los niveles de testosterona. Esto resalta la necesidad de más investigación para aclarar la relación entre la LEA y la función reproductiva en los hombres.

Metabolismo energético

El modelo RED-S también sugiere que la LEA puede afectar negativamente el metabolismo energético, reduciendo el ritmo metabólico basal (RMB). La reducción del RMB se ha considerado un mecanismo adaptativo frente a la baja disponibilidad energética, un fenómeno conocido como termogénesis adaptativa. Sin embargo, los autores critican que los estudios que investigan estos efectos en atletas son escasos, y los resultados a menudo son inconsistentes.

Una preocupación adicional es que muchos estudios sobre el metabolismo energético han sido realizados en poblaciones no atléticas, lo que limita su aplicabilidad a los atletas. Además, la medición del RMB y otros marcadores indirectos del metabolismo, como la hormona T3 (triyodotironina), no siempre indican una patología, ya que podrían ser respuestas fisiológicas normales a la adaptación del cuerpo a la LEA. Se requieren más estudios experimentales para determinar cómo la LEA afecta realmente el metabolismo en los atletas, diferenciando entre respuestas adaptativas y patológicas.

Salud ósea

El impacto de la LEA en la salud ósea es una preocupación central en el modelo RED-S, especialmente debido a la relación establecida entre la LEA y la pérdida de densidad mineral ósea (DMO). Sin embargo, los autores señalan que la evidencia proviene principalmente de estudios en poblaciones clínicas, como pacientes con anorexia nerviosa, y no en atletas. Aunque los estudios a corto plazo han mostrado una disminución en los marcadores de formación ósea bajo condiciones de LEA, no está claro si estos cambios son predictivos de problemas a largo plazo, como el aumento del riesgo de fracturas o la pérdida significativa de DMO.

La extrapolación de los resultados de estudios clínicos a los atletas es complicada debido a diferencias en la composición de la dieta, el tipo de ejercicio y la magnitud del gasto energético. En particular, la relación entre la LEA intermitente en atletas y la salud ósea a largo plazo sigue siendo incierta, y se necesita investigación adicional para comprender los efectos en diferentes tipos de deporte y niveles de competencia.

Función inmunológica

El modelo RED-S también propone que la LEA puede afectar negativamente el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones. No obstante, los autores señalan que la evidencia que respalda esta idea es limitada y proviene principalmente de estudios observacionales en los que los atletas reportaron síntomas de enfermedad. Además, estos estudios no han utilizado medidas inmunológicas in vivo ni han controlado adecuadamente factores confusos, como el estrés psicológico, la calidad del sueño y la carga de entrenamiento, que también afectan la función inmunológica.

Los autores argumentan que es necesario un enfoque más riguroso para evaluar la función inmunológica en atletas, que considere no solo la disponibilidad energética, sino también otros factores como el estrés emocional, el sueño y la nutrición. En particular, destacan que la ingesta adecuada de nutrientes es crucial para mantener la función inmunológica y que la deficiencia de macronutrientes o micronutrientes podría ser más perjudicial que la propia LEA en ciertos casos.

Conclusión sobre la evidencia científica que respalda el modelo RED-S

A pesar de que el modelo RED-S ha ganado popularidad, los autores subrayan que la evidencia científica que respalda este modelo es limitada y, en su mayoría, proviene de estudios observacionales. Los estudios clínicos controlados que demuestran causalidad entre la baja disponibilidad energética (LEA) y los síntomas de RED-S son escasos, y gran parte de la investigación se basa en asociaciones que no pueden establecer de manera concluyente que la LEA sea la causa principal de los síntomas.

Además, los estudios que investigan los efectos de la LEA en la salud y el rendimiento de los atletas suelen tener una duración corta (menos de una semana), lo que no permite observar el impacto a largo plazo de esta condición. Los estudios más sólidos, aquellos que podrían demostrar una relación causal, son en su mayoría de corta duración, y la mayoría de las investigaciones se han realizado en mujeres no atletas o en personas con condiciones como la anorexia nerviosa, lo que limita la aplicabilidad de estos hallazgos a los atletas.

Los autores también destacan que muchos de los estudios que sustentan el modelo RED-S han utilizado métodos inadecuados para medir la disponibilidad energética, lo que puede haber llevado a una sobreestimación de la prevalencia de la LEA en los atletas. Además, el uso de herramientas diagnósticas basadas en síntomas, como los cuestionarios, puede inducir a error, ya que no consideran otros factores que pueden influir en los síntomas.

Explicaciones alternativas para los síntomas asociados a RED-S

Una parte fundamental de este artículo es la discusión de explicaciones alternativas para los síntomas comúnmente atribuidos a RED-S. Los autores argumentan que muchos de los síntomas relacionados con RED-S, como la fatiga, las alteraciones menstruales y los problemas óseos, pueden deberse a una combinación de factores y no únicamente a la baja disponibilidad energética. Estos factores incluyen el estrés psicológico, el sobreentrenamiento, la falta de sueño, deficiencias nutricionales específicas y condiciones médicas no diagnosticadas.

El modelo de “carga alostática”, que se refiere al “desgaste” acumulativo que experimenta el cuerpo debido a múltiples estresores, se presenta como una alternativa más adecuada para explicar la aparición de estos síntomas. Este modelo sugiere que los atletas, al estar sometidos a una serie de factores estresantes (como el entrenamiento intenso, las demandas psicológicas, los problemas de nutrición y el estrés social), pueden desarrollar una amplia gama de síntomas que se superponen con los síntomas de RED-S. El modelo de carga alostática proporciona una visión más integral de la salud del atleta, en lugar de enfocarse exclusivamente en la disponibilidad energética.

El enfoque holístico propuesto: AHaRC (Athlete Health and Readiness Checklist)

Como solución a las limitaciones del modelo RED-S, los autores proponen el uso de la “Lista de Verificación de Salud y Preparación del Atleta” (AHaRC), que tiene como objetivo identificar de manera más precisa las causas de los síntomas en los atletas. Esta herramienta abarca ocho áreas clave:

  1. Entrenamiento/ejercicio: Evaluar el estrés relacionado con el entrenamiento, como la carga y la intensidad.
  2. Factores de vida/ambientales: Considerar los factores de estrés no relacionados con el deporte, como problemas familiares, presión social y expectativas de rendimiento.
  3. Salud mental: Incluir la evaluación de trastornos como la depresión, ansiedad y estrés crónico, que pueden influir en la aparición de síntomas.
  4. Trastornos alimentarios y desórdenes alimenticios: Aunque hay un solapamiento con los problemas de salud mental, es importante evaluar la presencia de conductas alimentarias desordenadas que puedan contribuir a una mala salud.
  5. Nutrición: Asegurar que la ingesta de macronutrientes y micronutrientes sea adecuada para apoyar el rendimiento y la recuperación del atleta.
  6. Sueño: Evaluar la calidad del sueño, que puede tener un impacto directo en el rendimiento y la recuperación.
  7. Etiología infecciosa: Detectar posibles infecciones persistentes que puedan estar causando fatiga crónica y otros síntomas.
  8. Condiciones clínicas no diagnosticadas: Considerar la posibilidad de que existan problemas médicos no diagnosticados, como disfunciones tiroideas o deficiencias de hierro, que podrían explicar algunos de los síntomas.

Este enfoque más holístico permite a los profesionales de la salud identificar una gama más amplia de factores que podrían estar contribuyendo a los síntomas observados en los atletas. Al abordar estos factores, es posible proporcionar una intervención más precisa y efectiva, enfocada en mejorar tanto la salud como el rendimiento deportivo.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2024/09/Does-Relative-Energy-Deficiency-in-Sport-REDs-Syndrome-Exist.pdf

Referencia completa:

Jeukendrup AE, Areta JL, Van Genechten L, Langan-Evans C, Pedlar CR, Rodas G, Sale C, Walsh NP. Does Relative Energy Deficiency in Sport (REDs) Syndrome Exist? Sports Med. 2024 Sep 17. doi: 10.1007/s40279-024-02108-y.

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