¿Es recomendable el ejercicio de alta intensidad durante la pandemia de la COVID-19?

Basado en el conocimiento actual sobre la realización de ejercicio y sus efectos sobre la inmunidad, y en el contexto de la pandemia en la que estamos inmersos, la realización de ejercicio de alta intensidad debe ser cuestionada. En un enfoque únicamente de salud y prevención, no deberíamos hacer ejercicio de alta intensidad hasta que la posibilidad de contagio por el virus SARS-CoV-2 disminuya de manera significativa. El confinamiento al que hemos estado y estamos sometidos, ha llevado a muchos deportistas (también a algunos no deportistas habituales) a elegir entrenamientos de alta intensidad en sus rutinas diarias, y esa elección bajo mi punto de vista pudo y puede no ser la más saludable en el tiempo que estamos viviendo. Me declaro un entusiasta defensor de la alta intensidad (aunque también de la moderada y la baja) pero pienso que quizás ahora no es el momento de hacer HIIT (entrenamiento interválico aeróbico de alta intensidad). Gerosa-Neto y col (2016), mostraron que el HIIT (90% FCmax, 3 veces por semana) a largo plazo aumentó TNF-α (marcador inflamatorio), mientras que el entrenamiento continuo de intensidad moderada (70% FCmax, 5 veces por semana) disminuyó TNF-α en adultos con sobrepeso / obesidad. En jóvenes sanos, otro estudio demostró que el entrenamiento continuo de intensidad moderada, pero no el HIIT, mejoraba la función inmune (Khammassi et al., 2020). Sabemos que el ejercicio intenso prolongado puede conducir a un mayor nivel de mediadores inflamatorios y, en consecuencia, podría aumentar el riesgo de lesiones e inflamación crónica, mientras que el ejercicio moderado o vigoroso con períodos de descanso apropiados puede lograr el máximo beneficio para la salud. Entre diferentes investigadores se defiende la teoría de la “ventana abierta”, en referencia a un descenso de capacidad del sistema inmune después de una sesión de ejercicio de alta intensidad. Esta ventana de oportunidad podría permitir un aumento de la susceptibilidad a enfermedades respiratorias de vías altas. Además, la enfermedad COVID-19 puede ser asintomática durante varios días y, por lo tanto, la realización de ejercicio de alta intensidad en esos días postcontagio podría ser peligroso. Todas estas consideraciones me llevan a recomendar, junto con otros investigadores, un enfoque conservador con respecto al ejercicio de alta intensidad en el brote de COVID-19.

El siguiente punto de debate lo tenemos en los deportistas profesionales que previsiblemente van a poder reanudar sus entrenamientos de manera oficial en unos días. En el deportista profesional la relación entre la salud y el rendimiento guarda un equilibrio extremo, y en muchas ocasiones pesa más el segundo componente. En cualquier caso, los médicos deportivos y entrenadores, cada uno en su responsabilidad, deberíamos ser muy prudentes a la hora de programar la reanudación de los entrenamientos después de este periodo de confinamiento. Nadie, tampoco un campeón olímpico, está libre de poder contagiarse por el virus SARS-CoV-2, y por tanto, además de un extremo cuidado higiénico y preventivo general, la vuelta al entrenamiento deberá ser muy gradual en cuanto a la intensidad del ejercicio, con el fin de mantener la inmunidad del deportista en el mejor estado posible, sin generar esas “ventanas de oportunidad” de susceptibilidad mayor al contagio. Bajo mi punto de vista, los deportistas profesionales deberían comenzar a entrenar, si así lo consideran las autoridades sanitarias por un lado y los médicos de los equipos por otro, pero no salir del “confinamiento”, es más, lo reforzaría al máximo. Quiero decir, que el deportista profesional que previsiblemente va a ser sometido a altas cargas de ejercicio en las próximas semanas, debería de restringir al máximo (totalmente) la salida de su domicilio salvo lógicamente para acudir a los entrenamientos.

Por otra parte, deberemos cuidar expresamente la dieta de estos deportistas profesionales, no solo para cubrir sus necesidades relacionadas con el ejercicio, sino también para mejorar la inmunidad, pero esto lo comentaré en otro artículo en los próximos días.

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