Entrenamiento de fuerza y efectos sobre la presión arterial en hipertensos

El entrenamiento de fuerza es una de las modalidades de entrenamiento que han mostrado eficacia y seguridad en el tratamiento de la hipertensión arterial esencial. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Polito y col, 2020; Clin Exp Hypertens 10-oct; doi: 10.1080/10641963.2020.1833024) cuyo objetivo fue verificar los efectos del entrenamiento de fuerza realizado con una serie (SET1) o tres series (SET3) sobre la fuerza muscular y la presión arterial en reposo (BP) de pacientes con hipertensión. La respuesta de la BP fue también valorada durante un ejercicio de extensión de rodilla con carga submáxima, antes y después del entrenamiento. 38 pacientes con hipertensión fueron asignados aleatoriamente a un grupo control (CON), grupo SET1 ó grupo SET3. El entrenamiento se llevó a cabo durante 12 semanas (3 días/semana, 4 ejercicios; 12-15 repeticiones; intensidad moderada). Los resultados mostraron que después del entrenamiento, SET3 mostró menores valores que CON de presión arterial sistólica y diastólica. La fuerza muscular en press de banca y extensión de rodilla aumentó en SET1 y SET3, en relación al grupo CON. La respuesta de la presión arterial durante el ejercicio (70% 1RM) no fue diferente entre grupos, antes ó después del entrenamiento. Los autores concluyeron que el entrenamiento de fuerza con una serie por ejercicio puede ser de interés cuando hay necesidad de incrementar la fuerza muscular sin reducir necesariamente la presión arterial. Por otra parte, el protocolo con 3 series aumenta la fuerza muscular y reduce la presión arterial de reposo en personas con hipertensión arterial.

El entrenamiento de fuerza en una modalidad de ejercicio que ha mostrado efectividad y eficacia en el tratamiento de la hipertensión arterial esencial, por lo que puede estar recomendado en pacientes hipertensos en los que previamente exista un diagnóstico médico, una valoración de factores de riesgo y valoraciones objetivas de respuestas de la presión arterial al ejercicio. Esto es, la prescripción de ejercicio de fuerza debe ser efectuada por un médico, aunque luego se estructure y aplique por otros profesionales de la salud o de ciencias de la actividad física y el deporte, según que el perfil de paciente lo sitúe en bajo, moderado o alto riesgo.

 

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