Ejercicio en aire contaminado

Millones de personas en todo el mundo corren por las calles de grandes ciudades inspirando en muchas ocasiones aire contaminado sin conocer los posibles efectos negativos de tal proceder. Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Qin y col, 218; Life Sci 21-dic; doi: 10.1016/j.lfs.2018.12.036) cuyo objetivo fue revisar la evidencia científica sobre la influencia de la exposición a aire contaminado realizando ejercicio sobre la salud. Veinticinco estudios fueron seleccionados. Seis valoraron la exposición a ozono, 4 exposición de combustión diésel, 6 contaminación de tráfico. Los resultados mostraron que solo el flujo espiratorio pico disminuyó después de la exposición a aire contaminado haciendo ejercicio. Siete estudios mostraron un mayor riesgo de inflamación de vías aéreas y descenso de la función pulmonar. Seis estudios mostraron que hacer ejercicio en vías con tráfico pudo contribuir a una elevación de la presión arterial y función microvascular. En resumen, la combinación aire contaminado y ejercicio se asoció con un incremento del riesgo potencial de problemas de salud relacionadas con la función cardiovascular y la función inmune, además de una afectación del rendimiento.

La ventilación pulmonar media de un ser humano adulto es de unos 10-12 litros/min, elevándose hasta más de 180 l/min en ejercicios muy intensos, siendo habitual mantener ventilaciones de 30-40 l/min en sesiones de entrenamiento. Esto significa que si hacemos ejercicio en ambiente contaminado multiplicamos por 3 ó más el aire contaminado que introducimos en nuestros pulmonares por unidad de tiempo. Los resultados de este metaanálisis son preocupantes bajo mi punto de vista y abre el debate sobre la conveniencia de hacer ejercicio al aire libre en lugares con alta contaminación.

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