El cáncer de mama es una enfermedad prevalente, afectando a 1 de cada 8 mujeres en Australia, y la terapia de radiación (RT) es un tratamiento adyuvante común utilizado para controlar el cáncer y evitar la recurrencia. Sin embargo, la RT puede provocar efectos secundarios significativos, incluyendo reacciones cutáneas, fatiga y linfedema, que afectan negativamente la calidad de vida (QoL) de las pacientes. Con el aumento de la supervivencia al cáncer de mama, existe un interés creciente en mejorar la QoL de las pacientes, centrándose en los efectos no letales de la enfermedad y sus tratamientos.
La QoL es un concepto amplio que abarca varios aspectos de la vida y el bienestar de una persona. La Organización Mundial de la Salud la define como la percepción de una persona sobre su posición en la vida en relación con su cultura y sistema de valores. En el caso del cáncer de mama, los efectos secundarios de la RT pueden afectar tanto a la salud física como mental, provocando ansiedad, depresión, alteraciones del sueño, entre otros problemas. Además, la mejora de la QoL es un aspecto fundamental en el tratamiento de pacientes con cáncer, especialmente en la fase de supervivencia, que abarca desde el diagnóstico hasta el final de la vida.
Las intervenciones de ejercicio y nutrición se han identificado como posibles métodos para mejorar la QoL en varios contextos, incluido el cáncer. El ejercicio ha demostrado beneficios en la salud física y mental, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas y trastornos psicológicos, mientras que una dieta saludable está asociada con una mejor QoL. Sin embargo, existen pocos estudios que examinen la efectividad de estas intervenciones específicamente en mujeres con cáncer de mama que reciben RT. Por lo tanto, este artículo se propone revisar la literatura sobre las intervenciones de ejercicio y/o nutrición para mejorar la QoL en estas pacientes.
Este estudio identifica que el 90% de los estudios incluidos en la revisión se enfocan exclusivamente en el ejercicio, lo que resalta una fuerte tendencia hacia la exploración de esta intervención en mujeres con cáncer de mama bajo RT. Entre los tipos de ejercicios evaluados, se encuentran el entrenamiento aeróbico, el entrenamiento de fuerza, yoga, caminata y, en menor medida, modalidades como el Tai Chi y el Pilates. Los estudios mostraron que el ejercicio aeróbico de intensidad moderada, junto con ejercicios de fuerza, se asoció con mejoras en la calidad de vida, especialmente en la reducción de la fatiga y el aumento de la funcionalidad física y mental. Esto es particularmente relevante en el contexto de la RT, que tiende a causar fatiga severa en las pacientes, limitando su capacidad para realizar actividades cotidianas.
La intensidad y duración de las sesiones de ejercicio variaron considerablemente entre los estudios, lo cual plantea una limitación al tratar de estandarizar la intervención. Sin embargo, la evidencia respalda que incluso niveles moderados de actividad física tienen efectos beneficiosos en aspectos clave de la calidad de vida, especialmente cuando se realizan de forma constante durante el tratamiento.
Intervenciones nutricionales y combinadas
A pesar de la efectividad demostrada del ejercicio, solo el 3% de los estudios revisados analizaron intervenciones nutricionales de manera aislada, y un 7% evaluaron intervenciones combinadas de ejercicio y nutrición. Este bajo porcentaje refleja una falta de investigación sobre el impacto de la nutrición en la calidad de vida de estas pacientes, lo que resulta sorprendente dada la creciente evidencia que sugiere que una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede mejorar la recuperación y reducir efectos secundarios del tratamiento como la inflamación y la pérdida de peso no deseada. Las pocas intervenciones nutricionales incluyeron cambios en los grupos de alimentos, patrones de dieta y calidad de la misma, pero no se realizó un análisis exhaustivo de los macronutrientes y micronutrientes específicos ni de sus interacciones con el ejercicio.
Retos y limitaciones de la investigación actual
Escasez de investigaciones combinadas
Una de las principales limitaciones identificadas en la revisión es la falta de estudios que analicen el impacto combinado de ejercicio y nutrición en la calidad de vida de las pacientes. La mayoría de la literatura se ha centrado en intervenciones individuales, lo que deja un vacío en el entendimiento de cómo estas intervenciones pueden interactuar y potencialmente mejorar los resultados en conjunto. Por ejemplo, una intervención que combine entrenamiento aeróbico con una dieta rica en antioxidantes podría, en teoría, ofrecer una mayor reducción de la inflamación inducida por la RT, además de mejorar la energía y bienestar psicológico de las pacientes. La revisión sugiere que explorar estas combinaciones podría ser una vía importante para futuras investigaciones, ya que existe evidencia en otros tipos de cáncer que respalda los beneficios de este enfoque integral.
Diversidad de resultados en los estudios
Los estudios incluidos en la revisión presentan una notable diversidad en cuanto a los resultados medidos, lo cual dificulta la comparación directa entre ellos. Algunos estudios se enfocaron exclusivamente en indicadores de salud física, como la capacidad funcional y la fatiga, mientras que otros consideraron factores psicológicos, incluyendo la ansiedad, depresión y bienestar general. Esta variabilidad resalta la falta de consenso en los criterios de medición de la calidad de vida para esta población específica, lo cual complica la interpretación y síntesis de los hallazgos.
Variación en protocolos y adherencia al ejercicio
Otra limitación importante es la falta de consistencia en los protocolos de ejercicio, tanto en términos de frecuencia, intensidad y duración de las intervenciones, como en los tipos de ejercicio. Esto plantea un reto al tratar de identificar un protocolo óptimo de ejercicio para esta población, ya que los diferentes niveles de intensidad pueden afectar de manera diversa a las pacientes según su estado de salud y la etapa del tratamiento. La adherencia al ejercicio es otro factor crítico; algunos estudios mostraron tasas de adherencia relativamente bajas debido a la fatiga y otros efectos secundarios de la RT, lo que sugiere que la efectividad de las intervenciones podría depender también de un diseño de programas más adaptativo y personalizado.
Recomendaciones para futuras investigaciones
Estandarización y consenso en las medidas de calidad de vida
Para avanzar en la investigación de intervenciones de ejercicio y nutrición en mujeres con cáncer de mama, es esencial establecer un conjunto de medidas estandarizadas para evaluar la calidad de vida, lo cual permitiría comparar y generalizar los resultados de manera más efectiva. La revisión sugiere la utilización de cuestionarios validados y herramientas que abarquen múltiples dimensiones de la calidad de vida, tales como el cuestionario EORTC QLQ C-30 para calidad de vida en pacientes oncológicos. También es importante incluir medidas que abarquen tanto el bienestar físico como el psicológico para proporcionar una visión completa del impacto de las intervenciones.
Investigación en intervenciones combinadas
La revisión enfatiza la importancia de desarrollar estudios que exploren intervenciones combinadas de ejercicio y nutrición, dado el potencial de sinergia que estas pueden tener en la recuperación y bienestar de las pacientes. Los estudios deberían evaluar cómo diferentes tipos de ejercicio pueden complementarse con patrones nutricionales específicos, como dietas ricas en proteínas para apoyar la ganancia de masa muscular en combinación con entrenamiento de fuerza, o el uso de alimentos antiinflamatorios en combinación con ejercicios de baja intensidad como yoga y Tai Chi, que también contribuyen a reducir la inflamación.
Personalización de las intervenciones
Dado que las pacientes responden de forma diversa a las intervenciones de ejercicio y nutrición, sería beneficioso diseñar intervenciones más personalizadas que tomen en cuenta factores individuales como el estado de salud general, la etapa de la enfermedad, y las preferencias personales de las pacientes. Esto no solo mejoraría la adherencia, sino que también podría maximizar los beneficios en la calidad de vida, ya que las intervenciones serían más relevantes y manejables para cada paciente.
En resumen, esta revisión destaca la evidencia emergente sobre la efectividad de las intervenciones de ejercicio para mejorar la calidad de vida en mujeres con cáncer de mama que reciben RT. Sin embargo, existe una carencia evidente de estudios sobre intervenciones nutricionales y una aún mayor de estudios que combinen ejercicio y nutrición. La falta de un protocolo estandarizado y el enfoque limitado hacia intervenciones combinadas sugieren que es necesario un cambio en la investigación futura, orientado a intervenciones holísticas y personalizadas que puedan maximizar los beneficios de calidad de vida para estas pacientes. Las futuras investigaciones deberán enfocarse en desarrollar programas personalizados de ejercicio y nutrición, así como en establecer un conjunto de medidas de calidad de vida estandarizadas, para proporcionar evidencia más robusta y aplicable a la práctica clínica en el contexto de la fisioterapia oncológica y la recuperación integral del paciente.
Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2024/10/The-effectiveness-of-exercise-and-or-nutritional-interventions.pdf
Referencia completa:
Feighan L, MacDonald-Wicks L, Callister R, Surjan Y. The effectiveness of exercise and/or nutritional interventions to improve the quality of life of women with breast cancer receiving radiation therapy: a scoping review. Support Care Cancer. 2024 Oct 23;32(11):745. doi: 10.1007/s00520-024-08933-1.