Efectos del ejercicio sobre la inmunidad anticáncer

El ejercicio regular ha demostrado tener efectos positivos en el sistema inmunológico y potencialmente puede mejorar la capacidad del cuerpo para combatir el cáncer. El ejercicio puede movilizar y redistribuir células del sistema inmunológico, aumentar la infiltración de células inmunológicas en los tumores, reducir la inflamación crónica y mejorar las respuestas inmunológicas. Comprender los mecanismos que subyacen a los efectos del ejercicio en la inmunidad contra el cáncer puede tener importantes implicaciones clínicas.

¿Cómo moviliza y redistribuye el ejercicio las células del sistema inmunológico durante el esfuerzo?

El ejercicio ha demostrado movilizar y redistribuir las células del sistema inmunológico durante el esfuerzo de varias maneras. Se ha encontrado que el ejercicio agudo moviliza linfocitos T CD8+ que muestran un fenotipo de memoria efectora. También reubica preferentemente las células asesinas naturales (NK) con un fenotipo altamente diferenciado y aumenta la citotoxicidad contra células objetivo de linfoma y mieloma múltiple.

La leucocitosis inducida por el ejercicio no es uniforme y se movilizan preferentemente subtipos de células del sistema inmunológico con una mayor citotoxicidad, experiencia antigénica y potencial de migración a los tejidos, como las células asesinas naturales (NK), las células T γδ y las células T CD8+, así como los monocitos CD14+ CD16+ y los neutrófilos CD16−.

Además, cada episodio de ejercicio induce la secreción de miokinas o exerkinas y provoca la redistribución de un gran número de linfocitos. Los efectos del ejercicio regular en la función inmunológica podrían estar relacionados, al menos en parte, con la acumulación progresiva de episodios agudos frecuentes de movilización o redistribución de linfocitos efector.

Por último, el ejercicio agudo puede movilizar células tipo NKT con un perfil transcriptómico citotóxico. También se ha observado la movilización de células B inducida por el ejercicio, con evidencia preliminar de la llegada de células inmaduras al torrente sanguíneo.

¿Cuáles son los efectos inmunológicos del ejercicio regular en el crecimiento de tumores y la inmunidad contra los tumores?

La actividad física regular se asocia con una menor incidencia y mortalidad por cáncer, así como con una menor tasa de recurrencia de tumores. El ejercicio regular puede aumentar la actividad citotóxica de las células asesinas naturales (NK) contra las células tumorales, lo que puede ir acompañado de cambios a nivel del proteoma de las células NK. El ejercicio regular podría remodelar el repertorio de células T al aumentar potencialmente la proporción de células T CD8+ ingenuas y disminuir la proporción de células T senescentes.

El ejercicio regular también puede aumentar la infiltración de células dendríticas en los tumores. Existe evidencia de un aumento mediado por la vía CXCL9-CXCR3 y CXCL11-CXCR3 en la infiltración de tumores, así como en las funciones efectoras, de las células T CD8+ con el entrenamiento físico, junto con una inhibición de las células T FOXP3+.

El entrenamiento físico puede reducir la infiltración de tumores de un subconjunto inmunológico que se ha relacionado con la resistencia a la inmunoterapia y la progresión del tumor: las células supresoras derivadas de la médula ósea (MDSC).

El ejercicio regular puede aumentar la infiltración de células NK en el tumor, aunque aún queda por determinar si esto se traduce en beneficios clínicos reales.

Los efectos del ejercicio regular en la función inmunológica podrían estar relacionados, al menos en parte, con la acumulación progresiva de episodios agudos frecuentes de movilización o redistribución de linfocitos efector.

La infiltración de células inmunológicas en los tumores estimulada por el ejercicio se ha estudiado principalmente en relación con las células NK, con evidencia que indica una mayor expresión génica de quimiocinas que estimulan la infiltración de células NK en el lecho tumoral (Ccl3, Cxcl10 y Cx3cl1), un aumento en la expresión tumoral de ligandos (H60a, Mult1) para el receptor activador de las células NK NKG2D, y la sobreexpresión génica de receptores necesarios para la actividad citotóxica de las células NK (Klrk1, que codifica NKG2D, e Il2rb).

¿Cómo mejora el ejercicio la función inmunológica y potencia las respuestas inmunológicas contra el cáncer?

El ejercicio mejora la función inmunológica y potencia las respuestas inmunológicas contra el cáncer de varias maneras:

  • Movilización y Redistribución de Células del Sistema Inmunológico: Cada sesión de ejercicio induce la secreción de miokinas o exerkinas y provoca la redistribución de un gran número de linfocitos. Esta movilización o redistribución de linfocitos efector puede llevar a la acumulación de células del sistema inmunológico que potencialmente pueden reconocer y responder a las células cancerosas.
  • Remodelación del Repertorio de Células T: El ejercicio regular podría remodelar el repertorio de células T al aumentar potencialmente la proporción de células T CD8+ ingenuas y disminuir la proporción de células T senescentes. Las células T CD8+ ingenuas son capaces de reconocer y responder a nuevos antígenos, lo que puede ser beneficioso en la lucha contra el cáncer.
  • Aumento de la Actividad de las Células NK: La actividad física regular puede aumentar la actividad citotóxica de las células asesinas naturales (NK) contra las células tumorales. Las células NK desempeñan un papel crucial en la defensa del cuerpo contra el cáncer al matar directamente las células tumorales.
  • Reducción de la Infiltración de MDSCs en Tumores: El entrenamiento físico puede reducir la infiltración de células supresoras derivadas de la médula ósea (MDSCs) en los tumores. Las MDSCs son un tipo de células del sistema inmunológico que pueden suprimir la respuesta inmunológica y promover el crecimiento tumoral, por lo que reducir su presencia en los tumores puede mejorar la inmunidad contra el cáncer.
  • Mejora de la Función Inmunológica Antitumoral: El ejercicio regular puede mejorar la función inmunológica antitumoral, posiblemente a través de la acumulación progresiva de episodios agudos frecuentes de movilización o redistribución de linfocitos efector.
  • Promoción de un Entorno Antiinflamatorio: La inducción de citocinas derivadas del músculo a través de episodios repetidos de ejercicio respalda el mantenimiento de poblaciones saludables de células efectoras del sistema inmunológico y promueve en general un entorno antiinflamatorio. Esto es especialmente importante considerando que la inflamación crónica de bajo grado a nivel sistémico es una característica de numerosas enfermedades crónicas no transmisibles, incluido el cáncer.

EN CONCLUSIÓN, existen pruebas biológicas de un efecto estimulante en el sistema inmunológico debido a la actividad física regular o el ejercicio, en particular, al estimular la movilización de células del sistema inmunológico (y, al menos potencialmente, su llegada a los tumores) en las pocas horas después de cada episodio agudo de ejercicio. A diferencia de los enfoques de inmunoterapia, los efectos inmunológicos beneficiosos del ejercicio no están acompañados de efectos secundarios perjudiciales, y la adaptación cuidadosa de los programas de ejercicio a las características individuales de cada paciente puede tener un impacto positivo en su estado de salud, incluso en aquellos con cáncer en etapas avanzadas.

Estas observaciones respaldan la recomendación de expertos de que “todas las personas que viven con y más allá del cáncer deberían ser tan activas como les sea posible”. Sin embargo, se necesita más investigación para probar la traducción de los hallazgos preclínicos recientes del laboratorio a la práctica clínica, así como para desarrollar nuevos enfoques que revelen los posibles mecanismos detrás de los beneficios preventivos del ejercicio contra el desarrollo de tumores (es decir, antes de que un tumor sea visible y evaluable). Además de expandir la investigación preclínica, parece necesario evaluar los posibles efectos del ejercicio (coadyuvantes) en el contexto de ensayos de inmunoterapia y en la configuración de la prehabilitación (es decir, intervenciones preoperatorias, como el entrenamiento físico, dirigidas a aumentar la reserva fisiológica de los pacientes con cáncer para que puedan soportar mejor el estrés de la cirugía en los sistemas del cuerpo).

Algunas otras preguntas sobre las modalidades específicas de ejercicio siguen abiertas, como los posibles efectos del ejercicio de fuerza (que ha sido escasamente estudiado en comparación con el ejercicio de resistencia aeróbica) en la función inmunológica anticancerígena.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2023/10/855af25c-aaac-4dec-af55-9957c534eba9.pdf

Fiuza-Luces C, Valenzuela PL, Gálvez BG, Ramírez M, López-Soto A, Simpson RJ, Lucia A. The effect of physical exercise on anticancer immunity. Nat Rev Immunol. 2023 Oct 4. doi: 10.1038/s41577-023-00943-0.

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