El aumento del número de personas con sobrepeso y obesidad se asocia con una mayor incidencia de enfermedades crónicas que incluyen diabetes, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Se ha recomendado mantener un peso normal para ayudar a las personas a vivir vidas más largas y saludables. En las últimas décadas de han propuesto las dietas cetogénicas que limitan la ingesta de carbohidratos a menos de 130 mg por día, con un reparto porcentual calórico de aproximadamente un 60% de ingesta de grasas, un 25% de ingesta de proteínas y un 15% de carbohidratos, con una ingesta sin restricciones calóricas. La dieta cetogénica baja en carbohidratos no tiene restricción calórica, lo cual es atractivo para las personas que no soportan la reducción de la ingesta calórica
Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Lee HS y Lee J, 2021; Int J Environ Res Public Health 19-ene; doi: 10.3390/ijerph18020828) cuyo objetivo fue investigar los efectos de combinar ejercicio con una dieta cetogénica baja en carbohidratos (CELCKD) en personas con sobrepeso y obesidad.
Selección de artículos. Un total de 7 estudios, que agruparon a 278 personas con sobrepeso u obesidad fueron incluidos en el análisis. La intervención media de los estudios seleccionados fue de ejercicio de intensidad moderada-vigorosa, 4 días/semana, durante 9,2 semanas.
Los resultados mostraron que en los participantes en CELCKD se redujeron los niveles de triglicéridos y la circunferencia de la cintura, mientras que el fitness cardiovascular, la composición corporal, la glucemia en ayunas, el colesterol total, el HDL-C y la LDL-C, no se modificaron estadísticamente con la intervención. No se observaron efectos adversos.
Los autores concluyeron que la realización de dieta cetogénica baja en carbohidratos más ejercicio redujo los niveles de triglicéridos y la circunferencia de la cintura en personas con sobrepeso-obesidad, pero no modificó su composición corporal. La reducción de la circunferencia de la cintura y los triglicéridos sin cambios en la masa corporal o cambios en la composición corporal son clínicamente significativos porque la circunferencia de la cintura y los triglicéridos están inversamente asociados con el riesgo de enfermedad crónica.
A pesar de que, desde un punto de vista clínico, en cuanto a eficacia y seguridad, las dietas cetogénicas bajas en carbohidratos ha mostrado su eficacia en el descenso de la grasa corporal y en la modificación saludable de algunos indicadores clínicos de salud, me resisto a recomendar esa dieta como patrón de nutrición a largo plazo. Pienso, quizás equivocadamente, que lo más importante para ayudar a las personas que tienen exceso de grasa corporal es el apoyo psicológico acompañado de una dieta basada en la utilización de la mayor parte de los nutrientes saludables que nos rodean. Esto solo será posible a largo plazo mediante la educación nutricional. El ejercicio debe estar presente, por supuesto, pero considerémoslo como recomendación de salud y no tanto como el efector del descenso de grasa corporal. La inmensa mayoría de los estudios que se publican están acotados en el tiempo y con un compromiso casi contractual con los sujetos participantes para cumplir el protocolo establecido, pero en la vida real el enorme problema está en la adherencia, mínima por otra parte en la mayoría de las ocasiones. Pienso que en este tema existe un decalaje entre el escenario investigador y el real del día a día.
