Efectos del ejercicio aeróbico, de fuerza y combinado sobre la calidad de vida de pacientes con cáncer

La mortalidad por cáncer ha disminuido drásticamente en los últimos 20 años. Los programas de prevención y los nuevos tratamientos son los responsables de este gran avance. Sin embargo, los nuevos tratamientos también tienen un impacto negativo en síntomas físicos y psicológicos, como fatiga, náuseas, pérdida de apetito, dolor, disnea, trastornos del sueño, ansiedad y depresión, y todos ellos pueden afectar la calidad de vida de los pacientes con cáncer. La calidad de vida tiene muchos componentes a considerar, pero no se conoce bien como el ejercicio afecta a cada uno de ellos. Recientemente se han publicado los resultados de un metaanálisis (Fukushima y col, 2020; Complement Ther Clin Pract 15-dic; doi: 10.1016/j.ctcp.2020.101290) cuyo objetivo fue determinar los efectos del ejercicio aeróbico, de fuerza y combinado sobre distintos componentes de la calidad de vida en pacientes con cáncer. 20 estudios fueron incluidos en el metaanálisis. Los resultados mostraron que el ejercicio mejoró la calidad de vida global, física y emocional, pero no la cognitiva o la social. El análisis por subgrupos mostró que el ejercicio aeróbico y el de fuerza mejoraron los componentes global y físico, mientras que solo el ejercicio aeróbico mejoró el componente emocional. La combinación de ejercicios aeróbico y de fuerza mejoró el componente físico de la calidad de vida. Estos hallazgos apoyan y fortalecen la base de evidencia para las recomendaciones de ejercicio en los pacientes con cáncer, con el fin de mantener la actividad antes, durante y después del tratamiento. Por otra parte, considerando el efecto positivo de los ejercicios de fuerza y combinados (aeróbico + fuerza) en la calidad de vida, es muy recomendable que los programas de ejercicio dirigidos a pacientes con cáncer incluyan ejercicios de fuerza. Un hallazgo interesante es que con el entrenamiento de fuerza la calidad de vida mejora independientemente de la intensidad del ejercicio, pero en el ejercicio aeróbico la calidad de vida mejora a moderada intensidad, pero no a alta intensidad.

Aplicar ejercicio en pacientes con cáncer, sea durante el tratamiento, sea después de finalizar el mismo, tiene unas particularidades que el profesional que se va a encargar de diseñar el programa de entrenamiento debe conocer. Muchos de los principios generales del entrenamiento que son válidos para personas sanas, pueden no serlo en pacientes con cáncer (en tratamiento o en remisión). Por poner dos ejemplos básicos, tenemos los efectos secundarios asociados al tratamiento, que en muchas ocasiones acrecientan la fatiga asociada al ejercicio, y una prolongación de los tiempos de recuperación. Por ello, igual que para entrenar a un nadador no vale cualquier entrenador por que es necesaria una especialización, para entrenar a un paciente con cáncer tampoco vale cualquier profesional.

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