El Grupo de Trabajo Europeo sobre Sarcopenia en Personas Mayores-2 define la sarcopenia como una reducción de la masa muscular y/o la fuerza muscular, evaluada mediante la fuerza de agarre o la velocidad al caminar [1]. Aunque afecta al 5-16% de las personas mayores en general, es más común en pacientes más jóvenes con condiciones médicas significativas, como cáncer, enfermedad renal crónica, cirrosis hepática, insuficiencia cardíaca o enfermedad cerebrovascular [2]. La sarcopenia se ha asociado con una mala calidad de vida, mayores tasas de morbilidad y mortalidad, mayores tasas de hospitalización y un mayor riesgo de diversas comorbilidades médicas, incluidas la osteoporosis, el deterioro cognitivo, el síndrome metabólico, la hipertensión y la depresión [2]. Actualmente, las opciones disponibles para el manejo de la sarcopenia incluyen programas de ejercicio físico como el ejercicio aeróbico, el entrenamiento de fuerza, el entrenamiento a intervalos de alta intensidad y la terapia de vibración de cuerpo entero, así como modificaciones dietéticas, que incluyen suplementos nutricionales ricos en proteínas, suplementación con vitamina D y agentes antioxidantes [3]. No obstante, estas modalidades de fisioterapia pueden no ser adecuadas para una gran proporción de pacientes, ya sea debido a la capacidad física reducida o a su estado médico general. Por lo tanto, con varios estudios clínicos que arrojan resultados neutrales o decepcionantes, existe un creciente interés en desarrollar nuevos enfoques farmacoterapéuticos para el manejo de la sarcopenia [4, 5].
El bimagrumab es un anticuerpo monoclonal que actúa sobre los receptores de activina tipo 2A y 2B, que son mediadores de varias proteínas de la familia TGF-beta, como las activinas y la miostatina. El bloqueo de estos ligandos proteicos es responsable de la atrofia muscular. La activación de los receptores Act2RA y Act2RB favorece la diferenciación de los mioblastos humanos [6]. Al hacerlo, puede promover la hipertrofia muscular en animales [6] y humanos [7], lo que tiene un impacto en diversas condiciones, incluidas la sarcopenia, la miositis corporal, la atrofia por desuso inducida por inmovilización, la recuperación tras fracturas de cadera y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica [8-12]. Se cree que sus efectos resultan de la atenuación de los reguladores negativos de la masa muscular, como la miostatina [6, 7]. La miostatina, la activina A, la activina B y el factor de crecimiento y diferenciación 11 son reguladores negativos que inhiben la masa muscular esquelética a través de los receptores de activina tipo 2 [11]. Se ha demostrado que tanto los humanos como los animales con mutaciones genéticas que reducen o eliminan la miostatina tienen una mayor masa muscular, pero por lo demás están sanos [13, 14].
En la presente revisión sistemática y metaanálisis, se evaluó la eficacia de diferentes regímenes de dosificación de bimagrumab en poblaciones adultas en el curso de la sarcopenia. Se incluyeron tanto las formas de sarcopenia relacionadas con la edad como las asociadas a condiciones médicas, al evaluar las medidas de actividad física o fuerza muscular, o las técnicas para medir la masa muscular.
Los estudios elegibles fueron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que evaluaron los efectos de bimagrumab en el rendimiento físico (p. ej., fuerza muscular, velocidad de la marcha, distancia de caminata de seis minutos) y la composición corporal (p. ej., volumen muscular, masa corporal libre de grasa, masa corporal grasa) en pacientes con sarcopenia. Se incluyeron siete ECA en el metaanálisis.
Los resultados mostraron que el tratamiento con bimagrumab aumentó significativamente el volumen muscular y la masa corporal libre de grasa, al tiempo que disminuyó la masa corporal grasa en comparación con el placebo. Sin embargo, no se observó una mejora significativa en la fuerza muscular o en las medidas de rendimiento físico, como la velocidad de la marcha y la distancia de caminata de seis minutos con el tratamiento con bimagrumab, excepto en los participantes con velocidades o distancias de caminata más lentas en la línea de base.
Este metaanálisis proporciona valiosas perspectivas sobre los efectos de bimagrumab en pacientes con sarcopenia, destacando sus mejoras significativas en los parámetros de composición corporal, pero un impacto limitado en los resultados funcionales. La heterogeneidad observada en los resultados entre los estudios subraya la necesidad de una interpretación cautelosa, considerando las variaciones en las poblaciones de estudio, las duraciones del tratamiento y las evaluaciones de los resultados. Aunque el bimagrumab muestra promesa como una intervención farmacológica segura para aumentar la masa muscular y reducir la masa grasa en la sarcopenia, sus efectos mínimos sobre la fuerza muscular y el rendimiento físico general sugieren posibles limitaciones para traducir las mejoras en la composición corporal en ganancias funcionales. Se necesita más investigación para aclarar su eficacia a largo plazo, los regímenes de dosificación óptimos y los posibles beneficios para subgrupos específicos de pacientes con sarcopenia.
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Referencia completa:
Kanbay M, Siriopol D, Copur S, Hasbal NB, Güldan M, Kalantar-Zadeh K, Garfias-Veitl T, von Haehling S. Effect of Bimagrumab on body composition: a systematic review and meta-analysis. Aging Clin Exp Res. 2024 Sep 9;36(1):185. doi: 10.1007/s40520-024-02825-4.